Un nueva forma de ocio ocupa las agendas de los madrileños. Hablamos de los escapes rooms, que en los últimos años han puesto de moda los enigmas, candados y pistas escondidas. Cada vez más adeptos comparten nervios, emoción y adrenalina cuando se abren las puertas de unas salas, en ocasiones enigmáticas y en otras, terroríficas.