La cuidadora de María Isabel Asunción, la tía política del actor Luis Lorenzo, ha comparecido este miércoles en los juzgados de Arganda del Rey ante la magistrada que investiga el presunto homicidio de la anciana de 85 años. Tras varias horas de declaración, la cuidadora ha relatado cómo se produjo el empeoramiento de la víctima desde que se instaló en la vivienda del matrimonio en Rivas.
El relato de la cuidadora se ha convertido en una pieza clave en la investigación para conocer el estado de salud en el que se encontraba la mujer tras instalarse en marzo de 2021 en dicha vivienda. Fue meses después, el 28 de junio del mismo año, cuando falleció.
Tal y como se detalla en el informe de la autopsia, los forenses encontraron presencia de hasta cuatro psicofármacos, de los que tan solo dos estaría prescritos.
"La mujer habla de una situación que se fue modificando. Tenemos una señora que el día de marzo estaba en Asturias, que vivía sola, que era autónoma, que salía, que tenía un huerto, se hacía la comida y meses después resulta que no pudo, dando datos objetivos, ni siquiera hacer un poder por la situación mental que tenía y no era consciente. Esa evolución no es normal", ha indicado.
En relación a la posibilidad de que la cuidadora notase algo extraño en relación al presunto envenenamiento, el letrado ha incidido en que "ni vio ni dejo de ver", sino que se trata "del empeoramiento de una persona que pasa de estar bien a estar mal", ha reseñado.
Tras concluir la declaración, uno de los abogados de la familia ha definido el relato de la cuidadora como "inconsistente" en relación con sus primeras manifestaciones en las que hablaba de una situación de dejadez hacia la anciana, a quien se le habría diagnosticado en aquellas fechas una demencia.
En el sumario consta una trascripción de un audio de esta persona, en el que se quejaba de la desatención de la mujer al tener piojos, indicando entonces que estaba ingresada tras ir al notario, donde a Arantxa le denegaron dar papeles de transferencia de poderes por su mal estado. Finalmente fue en otras visitas cuando logró ese poder notarial para poder tener acceso a las cuentas de la fallecida, quien tenía unos 60.000 euros y cobraba una pensión de unos 900 euros.
"La mujer relata su trabajo en esa vivienda. Si una persona no tiene pañales, tiene piojos, si una persona va en silla de ruedas y antes no tenía problemas, son situaciones que nosotros vemos consecuencia de algo”, ha apuntado el letrado.
Durante la declaración, la cuidadora también ha detallado la medicación que recibía la víctima y en la que Arantxa "parece que estaba ahí", según ha recalcado el letrado sin querer dar detalle del contenido del interrogatorio.
Si (
No(
