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Línea de Bus Rapid 1 entre Valdebebas y el Hospital Ramón y Cajal.
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Línea de Bus Rapid 1 entre Valdebebas y el Hospital Ramón y Cajal. (Foto: Ayuntamiento de Madrid)

El nuevo Bus Rapid requiere "pequeñas modificaciones" en bordillos y entradas a calle

jueves 01 de junio de 2023, 13:18h

El autobús ultrarrápido que aspira a revolucionar la movilidad en los PAU del norte se estrenó con protesta vecinal en Sanchinarro el pasado martes. Los residentes en la zona alertaron de los atascos provocados por la reducción de carriles al vehículo privado que ha forzado la implantación de la plataforma segregada por la que transita el Bus Rapid, similar a la de un tranvía. Ante las críticas, la portavoz del Gobierno municipal en funciones, Inmaculada Sanz, ha matizado este jueves que "siempre que hay obras y una novedad se producen molestias". La recién anunciada como vicealcaldesa ha trasladado además que la comunicación con los vecinos "es permanente y estamos cambianndo algunas cosas que plantean que pueden mejorar las quejas".

Estas "pequeñas modificaciones" a las que ha aludido se concretan en la rebaja de bordillos en algún tramo de la infraestructura, así como en la "ampliación de alguna entrada a calle para mejorar la facilidad de circulación", apuntan desde el área de Medio Ambiente y Movilidad. Desmienten desde la concejalía que dirige Borja Carabante que los vehículos se hayan visto obligados a subir a la mediana al girar para incorporarse a algunas rotondas porque "no se habrían calculado bien los radios de giro", como ha publicado EPE. "Los autobuses siempre han podido girar", remarcan fuentes consistoriales. Según explican, el carril del Bus Rapid tiene una anchura de 3,5 metros y el de los coches tres. "Siempre han cabido", inciden.

El área de Medio Ambiente y Movilidad sí reconoce que han llevado a cabo recortes en dos isletas en Sanchinarro, pero aseguran que estaba contemplado en el proyecto y que la obra, que "no está terminada", en ningún caso se está rehaciendo. Aunque la línea se encuentra operativa desde el pasado martes, aún faltan "pequeños retoques" en la infraestructura como la transformación una acera que ejercía como mediana en un espacio verde, a solicitud de los vecinos.

La Asociación de Vecinos de Sanchinarro, uno de los tres barrios a los que da cobertura el Bus Rapid, junto con Las Tablas y Valdebebas, ha denunciado esta semana que este nuevo servicio ha empezado a funcionar "sin que se hayan resuelto los problemas de cuello de botella, giros, tráfico, calles colapsadas, parterres destrozados y seguridad para las personas" que habían advertido con anterioridad.

Ante estas protestas, el alcalde electo, José Luis Martínez-Almeida, ha reconocido esta mañana que el Consistorio "está gestionando determinadas reclamaciones que nos han hecho los vecinos para poder mejorar el trazado y la movilidad". "Si el proyecto, cuando se está ejecutando, se puede mejorar y atender peticiones vecinales, es lo que tenemos que hacer desde el Ayuntamiento", ha manifestado.

Así funciona el Bus Rapid

Con un diseño híbrido entre un autobús y un tranvía y una velocidad intermedia, el Bus Rapid operada desde este martes en el arco norte de Madrid, conectando los desarrollos residenciales de Valdebebas, Las Tablas y Sanchinarro con su hospital de referencia, el Ramón y Cajal. La cabecera se sitúa en la glorieta de Antonio Bonet y desde allí hasta el centro médico el vehículo circula por un carril segregado en el centro de la calzada que se beneficia de la prioridad semafórica en las intersecciones. Es decir, los semáforos se configuran de tal forma que se ponen en verde a su paso en la mayor parte del trayecto, que se completa en 30

La flota que presta este servicio es cien por cien eléctrica y puede transportar a un máximo de 100 usuarios a bordo, realizándose el itinerario completo en 30 minutos. El recorrido se compone de 19 paradas intermedias por cada sentido, a las que se suman las dos cabeceras, una en Valdebebas y otra en el Hospital Ramón y Cajal, que paran en el Hospital Enfermera Isabel Zendal y también lo harán el futuro intercambiador de Valdebebas que la Comunidad de Madrid proyecta construir junto a la glorieta de Antonio Perpiñá.

Para poder hacer uso de este servicio, los viajeros podrán comprar previamente un billete sencillo en una marquesina que solo admite dinero en efectivo. Dentro, dos opciones: sacar un ticket individual en una máquina con pago exclusivo con tarjeta bancaria o validar el abono, la tarjeta Multi o la tarjeta EMT en las mismas máquinas con contactless de las que disponen todas las líneas de la EMT. Con esta fórmula, el conductor evita intervenir en la operación y los tiempos del trayecto se minimizan.

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