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Se celebraba la habitual tertulia de políticos de la primera hora de los lunes y Peregrino les había invitado a asistir como espectadores al final de la misma, para tratar luego el tema de la conjura.
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Se celebraba la habitual tertulia de políticos de la primera hora de los lunes y Peregrino les había invitado a asistir como espectadores al final de la misma, para tratar luego el tema de la conjura.

Capítulo 24: 'El cuarto poder, y medio'

Una misteriosa pareja hacía tiempo en la amplia acera de la Gran vía, delante del portal donde se situaba la emisora, la edición, la casa, el lugar de reunión y conciliábulos… la sede, en fin, del emporio mediático de Peregrino Perplejo.

Joanet, con su peculiar indumentaria y su primo Genaro, con su indefinible movimiento de cadera, habían pasado ya dieciséis veces por delante, esperando que les avisaran desde la emisora para subir.

Se celebraba la habitual tertulia de políticos de la primera hora de los lunes y Peregrino les había invitado a asistir como espectadores al final de la misma, para tratar luego el tema de la conjura.

Por fin sonó el teléfono y subieron. En la amplia mesa de redacción los portavoces de los partidos y Peregrino estaban aparentemente enzarzados en una terrible polémica:

- Sra. Larrañaga, le ruego deje hablar a Pita…

- Pero, si no hace más que acaparar la conversación, Peregrino… Y Además, para no decir nada…

- Nosotros también queremos intervenir –comenzó a decir la portavoz de Ciudadanos

- Tú de esto no sabes, querida, que nunca habéis gobernado. Ya os llegará…algún año de estos –replicó rápida Paloma Larrañaga con su malévola sonrisa

- ¡Pero bueno, Peregrino! Es intolerable. ¿Cómo le deja que me trate así?

- Querida Petunia, esta es una emisora libre. Y mi cometido es que nuestros oyentes os oigan tal cual sois

- Pues si se trata de que nos oigan, me van a oír –replicó furiosa

Petunia Villapún, alisándose nerviosa su larga melena.

- Dí, Petunia, dí, es tu turno- concedió con una media sonrisa Peregrino

- Pues… yo lo que quería decir… es… Lo que quería decir… ¡Vaya, ahora no me acuerdo!... Como Pita me interrumpe tanto -dijo azorada Petunia

Una carcajada triunfal de Paloma Larrañaga y una mirada asesina, acabaron de tensar el ambiente:

- ¿Ves, querida? Tienes que estudiar un poquito más…

- ¿Y usted, señora Fuentepié?, ¿Qué tiene que decir el partido socialista? -terció rápido Peregrino

- Pues nosotros, decimos lo que venimos diciendo las tres últimas legislaturas, que…

- Las que lleváis en la oposición…Y lo que os queda, querida…–

interrumpió Larrañaga

- No interrumpa, Señora Larrañaga…pidió el moderador

- En todo caso, nosotros y nosotras, como partido verde, feminista y ecologista… comenzó a decir Pita Lacustre

- Verde y ecologista es lo mismo, Pita –volvió a interrumpir Larrañaga maliciosamente

- ¡Eh? Ya, pues…

- Bueno –cortó Peregrino- Después de tan esclarecedora conversación, vamos a pasar a otro tema, si no les importa a ustedes Y, de paso, les animo a que prueben otro de los extraordinarios churros de los que nos provee Churrerías Bárcenas, los mejores churros de Madrid –y a continuación arrancó con su mejor entonación publicitaria-: “Los churros de Bárcenas gustan hasta en Suiza, donde ya no comen bollos”. Churros Bárcenas. Con chocolate o con café, con leche o con cacao. Los churros que no vienen en cucurucho sino en sobre… Churros Bárcenas, y arreglao”.

- Pues aquí seguimos, cuando son ya las ocho y veinte de la mañana

– retomó Perplejo las tertulia- Y para terminar amablemente esta conversación cerramos con un tema más ligero que, y más a esta hora, a nuestros oyentes seguro que les interesará: ¿Señora Lacustre, le ha enseñado ya la alcaldesa a preparar sus famosas madalenas?

- Bueno, en ello estamos. Yo por mi parte me he ofrecido a enseñarle

mi receta de empanadillas. Tienen un ingrediente secreto que estoy seguro que le va a encantar

- Cuente, cuente, Pita. Que seguro que es el próximo éxito culinario – le animó Perplejo

- Todavía no, Peregrino, ya lo contaré a su tiempo –respondió la joven concejala con una sonrisa que quería ser enigmática y se quedaba en bobalicona

- Magdalenas y empanadillas… Si es lo que yo digo, este gobierno es de lo más indigesto… Si no fuese por el PSOE que les da sal de frutas, los madrileños no tendrían que soportar esta acidez gubernamental…- volvió a malmeter maliciosamente Larrañaga

- ¡Ya me acuerdo lo que quería decir antes! –gritó de repente Petunia Villapún

- Pues, lo siento, querida Petunia, pero ya no tenemos ms tiempo.

Muchas gracias a las cuatro por esta primera tertulia de la mañana…

gracias a Churros Bárcenas…

Con este spot final terminó la tertulia y las políticas fueron marchándose, dejando libre el campo para que el insigne locutor pudiese atender a sus dos invitados

- Bueno, bueno, bueno. Aquí tenemos a dos patriotas que van a salvar las finanzas para las próximas generaciones ¿no es así? –les dijo Peregrino invitándoles a sentarse

- Antes que nada –dijo Joanet mirando inquisitivamente a Perplejo-

Estos micrófonos estarán apagados ¿no? Lo que venimos a decirle es altamente confidencial

- Por supuesto, caballero, somos muy profesionales y la tertulia ha terminado… respondió el insigne periodista

- Bien. Y… otra cosa… -empezó Joanet y se interrumpió...

- Diga, diga… -apremió Peregrino intrigado

- ¿Podemos… comernos alguno de los churros que han sobrado? De tanto oírle contar lo buenos que están… me han entrado unas ganas… Y como hemos madrugado tanto, pues, ni hemos desayunado…

Peregrino les miró como quien mira a un escapado del manicomio, pero, acostumbrado a la fauna local, y como buen periodista, ni se inmutó:

- Por supuesto, por supuesto, pero antes me van a tener que firmar una cláusula eximiéndome de toda responsabilidad –bromeó el periodista muy serio

- ¿Cómo? – Los dos conjurados no entendían…

- Estos churros son una auténtica mierda, y ahora, además, ya fríos… pues… Pero son unos patrocinadores estupendos, muy adinerados. Me los proporcionó la portavoz del PP, precisamente. Y, de momento, no hemos tenido ninguna baja

Joanet, que estaba comiendo dos churros a la vez, paró momentáneamente de masticar, pero, comprendido el chiste, siguió su masticación, impertérrito. Una vez que la bola de masa que había formado en su boca pudo ir pasando, entraron por fin en el tema de su reunión y Genaro abrió fuego:

- Este es mi primo, del que le hablé. Ex agente del CNIcat. Es el que descubrió todo. Nosotros (unos cuantos) le estamos dando cobertura

–explicó didácticamente en lenguaje pretendidamente militar.

- Ya, correcto –concedió el periodista- Y… ¿Me han traído alguna prueba de lo que, supuestamente, encontraron en las famosas basuras de Waterloo?

Genaro miró a Joanet que, aprovechando el interludio, se había pimplado otros dos churros. Joanet, limpiándose elegantemente con unos cuantos recortes de prensa que estaba en la mesa de redacción, les aclaró:

- Bueno, los originales de los mensajes impresos se los quedaron, claro, mis jefes en Barcelona. Pero, obviamente hice copias –Joanet se tocó la sien derecha con el índice de su mano, aludiendo a su precaución y perspicacia- Y aquí las tengo –dijo sacando unos papeles tan arrugados que parecían haber envuelto un bocadillo. - Están un poco arrugados –se excusó- Mi viaje en avión fue un poco… apretado… y no puede traer mi portafolios habitual –intentó aparentar profesionalmente- ¡Estos malditos aviones low cost!..

- Y que lo diga, amigo Joanet. En mi último vuelo, para beneficiarme del descuento, yo tuve que bailar la suite Cascanueces en el pasillo, entre Cullera y Almería. Y mi figura, ya no es lo que era, Genaro -dijo palpándose la panza. Bien, bien –dijo cuando acabó de leer los correos- La verdad es que es inquietante lo que pone… Y periodísticamente muy interesante… Pero, permítanme la franqueza, no porque yo interprete que están urdiendo ninguna conspiración… Sino porque nos permiten poder contar a los oyentes a nuestros personajes, tal como son, Con sus pullas, sus piques, sus envidias. Un auténtico scoop, desde luego…

Los dos primos no acababan de enterrase del discurso de Peregrino ni de lo que les estaba diciendo

- Pero, pero… si está muy claro… que tienen una estrategia… que tienen un plan B… que tienen cogido al gobierno…

El insigne periodista, con su infalible olfato para detectar pesados y que encima, no le podrían proveer de patrocinador alguno, les apremió:

- Bueno señores, nuestro papel como periodistas, no es juzgar, sino informar. De los hechos contantes y sonantes. Y gracias a ustedes, nuestros oyentes, ¡qué digo nuestros oyentes! Los oyentes de toda España van a poder conocer la verdad, esta verdad… Entiendo que, al menos de momento, prefieren ustedes guardar el anonimato ¿no? El secreto profesional de un periodista es sólido como el silencio de un contable de un partido político…

Los dos primos, no percibieron la sandunga que iba adornando la parrafada de Peregrino y no supieron que contestar

- Por todo lo cual, les propongo que este valioso documento, este incunable del que me hacen depositario, sea prontamente revelado a la opinión pública. Esta misma mañana, en nuestro noticiario de las nueve…

Los dos conjurados, sin saber muy bien que hacer, asintieron y recibiendo la mano que les tendía Peregrino para conseguir despejarles de la redacción, salieron algo aturdidos a la Gran Vía

- ¿Tú que crees? –preguntó Joanet

- Pues que hemos hecho lo que teníamos que hacer –respondió Genaro con ademán resuelto- Y si el gobierno tiene que caer, ¡Que caiga! –Sentenció- Y ahora, vamos a seguir con nuestra hoja de ruta y con nuestra misión. Los compañeros nos esperan en Cibeles…

Autor : Luis Cueto.
ilustraciones: Danish Xavier J. Morales B.

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