La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a quince años y cinco meses de cárcel a Alberto S.G., conocido como el 'caníbal de Ventas', por matar, descuartizar y profanar el cadáver de su madre, a quien desmembró con un serrucho ingiriendo parte de sus restos en la residencia de ambos, situada en el barrio de la Guindalera.
Esta sentencia llega después de que el pasado 6 de mayo un jurado popular declarase al joven de 26 años culpable de un delito de homicidio y de profanación de cadáver rechazando que hubiera sufrido un brote psicótico. Su defensa pidió una eximente incompleta por enfermedad mental, algo que no quedó demostrado en el juicio y finalmente, la condena impuesta fue de 15 años y cinco meses de prisión, la misma que solicitó la Fiscalía de Madrid en su informe final.
En la sentencia se considera probado que Alberto S.G. no tenía sus facultades mentales anuladas en el momento de los hechos, por lo que cumplirá sentencia en un centro penitenciario. Los magistrados sustentan que "ni por las pruebas documentales, ni por las declaraciones de los testigos, ha resultado probado que el acusado sufriera una alteración psíquica que le dificultara el procesamiento correcto de la información general que determinara una alteración grave de la conciencia de la realidad de forma que anulara sus facultades volitivas y cognoscitivas".
La defensa de Alberto S.G. recurrirá la condena al estar en contra de que los magistradosno hayan contemplado la enajenación mental que sufrió su cliente, lo que le atenuaría la pena o incluso eximirle de responsabilidad penal.
En el juicio, los psicólogos que examinaron determinaron que sufre un trastorno de personalidad con rasgos antisociales, paranoides y narcisistas que le llevan a un comportamiento alejado de lo normal. Sostenían que en los exámenes simuló síntomas de psicosis y ratificaron que nunca antes de la vista mencionó el relato de que había oído voces, un extremo que de ser cierto conducirían a una diagnóstico mental.
"Pido perdón y no es para agradar a nadie. Cada vez que pienso en mi madre se me cae el alma encima", manifestó en su última palabra el condenado
Agravamente de parentesco
Al delito de homicidio se le suma el agravante de parentesco. En el caso del delito de profanación de cadáveres también concurre la misma circunstancia agravante, al considerarle autor de la muerte de su madre en fecha no determinada entre el 27 de enero y el 21 de febrero de 2019.
También se le condena por descuartizar los restos para a continuación alimentarse con el cadáver durante, al menos, quince días, tal y como estableció en su momento el jurado popular que siguió la vista oral, celebrada el pasado mes de abril.
Además de la pena de prisión, según consta en el fallo judicial, el condenado deberá indemnizar en 60.000 euros a su hermano, por el fallecimiento de la madre común.
Tenía lagunas y oía voces
En su declaración en el juicio, aseguró que oía voces que le decían que la matara y descuartizara. Sobre el crimen, manifestó que tenía lagunas sobre cómo lo hizo pero que ocurrió una mañana cuando su madre estaba haciéndole el desayuno.
Los agentes que acudieron a la vivienda describieron en el juicio la espeluznante escena con la que se encontraron al llegar. Encontraron multitud de restos cadavéricos esparcidos por toda la casa. La cabeza y parte del cuero cabelludo con una oreja estaban encima de la cama. Había una parte del cuerpo en la caseta del perro, mientras que en el baño había un cuchillo y restos de sangre. Nada más entrar, el chico confesó el crimen.