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Audiencia Provincial de Madrid
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Audiencia Provincial de Madrid (Foto: Irene López López)

Ocho años de cárcel por destrozar los oídos de su pareja a golpes

Por MDO/E.P.
jueves 27 de abril de 2017, 13:29h
El juez juzgará este jueves a un presunto maltratador acusado de propinar palizas a su pareja a quién destrozó los oídos a causa de los golpes.
La Audiencia Provincial de Madrid juzgará a partir de este jueves a un presunto maltratador por propinar varias palizas a su pareja, a quien llegó a destrozar los oídos por los continuos golpes que le daba en esta zona.

Juan D. G. será juzgado por un delito de lesiones con deformidad en concurso con un delito de maltrato físico y psíquico habitual y tres delitos de lesiones en el ámbito familiar. El Ministerio Público solicita una pena de ocho años y seis meses de prisión para él.

Según el fiscal, el acusado protagonizó de manera reiterada, durante los cuatro meses de convivencia con su pareja sentimental, episodios violentos en los que insultaba, amedrentaba, vejaba, humillaba y agredía verbal y físicamente a la mujer en el domicilio que compartían en la ciudad de Madrid.

Dicha relación cesó el día 3 de octubre de 2013, pero el acusado, con el ánimo de imponer su voluntad, contraria a la ruptura, la quiso mantener aislada del mundo exterior para evitar que le abandonara.

Ya en el mes de agosto, le quemó la tarjeta del teléfono móvil para que no pudiera utilizarlo, frecuentemente le hacía fotos de pies y manos y de ella desnuda, pese a su oposición. Cuando se negaba a hacer lo que él quería, la cogía por los pelos y la metía en la ducha con agua fría. Allí la obligaba a quedarse desnuda sin taparse. Otras veces, para humillarla, la obligaba a caminar a cuatro patas y le daba patadas en las costillas y puñetazos cuando se ponía en pie.

Desde el inicio de la relación, la golpeaba con frecuencia, como antes se ha indicado, especialmente en ambos oídos, lo que ocasionaba en la mujer heridas abiertas y hematomas que sucesivamente se iban curando y volviendo a abrir ante una nueva agresión.

Como consecuencia de estas reiteradas y constantes agresiones la víctima sufrió el síndrome de 'orejas en coliflor', cuyo diagnóstico le obligó a pasar por el quirófano. Tras un largo recorrido médico, la secuela definitiva consiste en deformidad en ambos pabellones auditivos. La víctima presenta también relevantes secuelas de naturaleza psicológica por estrés postraumático.

El acusado tiene prohibido aproximarse a la perjudicada, a su domicilio, lugar de trabajo o cualquier lugar que la misma frecuente a una distancia no inferior a 500 metros. La autoridad judicial también le ha prohibido comunicarse con ella por cualquier medio hasta que se dicte sentencia firme.

Versiones opuestas de los hechos

"Me daba múltiples golpes en los oídos y las costillas. Me sangraban las orejas. Si no era un día, lo hacía al otro. Todas las agresiones eran parecidas", ha manifestado la víctima durante su declaración en el juicio, en el que no ha podido ver a su agresor por estar oculta tras un biombo.

La versión que ha ofrecido es totalmente contraria a la que mantiene el acusado, Juan D.G., quien niega haber maltratado en alguna ocasión a la que fuera su pareja durante cuatro meses. "No, para nada", ha sido su respuesta ante las preguntas de la fiscal sobre si agredía a su entonces novia.

"¿La quemó usted la tarjeta del móvil?", le ha preguntado la fiscal, a lo que éste ha respondido: "No, para nada". "¿La cogía por los pelos, la metía en la ducha y la ponía agua fría durante diez minutos?", le ha inquirido, a lo que éste le ha espetado: "No, para nada".

Sin embargo, la víctima sí ha detallado el 'modus operandi' de su supuesto agresor. Efectivamente, la agarraba fuertemente del pelo, la introducía en la ducha y con la alcachofa, le daba con el agua fría durante más de diez minutos. "Después me dejaba de pie sin poder secarme y me obligaba a ponerme a cuatro patas, golpeándome en las costillas", ha relatado con voz temblorosa.

Además, la mujer ha relatado que en ocasiones la llegó a clavar un bolígrafo y que solía sangrar de las orejas cuando el hombre la golpeaba fuertemente en los oídos. Pese a las lesiones, no la dejaba ir al médico.

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