Una explosión en el metro de San Petersburgo ha dejado, al menos, 11 muertos y cerca de 30 heridos, seis en estado crítico. El propio presidente ruso, Vladimir Putin, que se encontraba en la ciudad ha comentado que todo parece apuntar a que se trata de un atentado terrorista. Algunas fuentes barajan incluso la hipótesis de un ataque suicida.
La ministra de Salud de Rusia ha anunciado que la explosión que ha tenido lugar este lunes en un convoy que viajaba entre las estaciones de Sennaya Plóschad y Tejnologícheski Institut del metro de San Petersburgo ha dejado, al menos, 11 fallecidos, 30 heridos y cientos de evacuados. Una gran columna de humo era visible desde la calle donde reinaba el caos. Toda la red del suburbano -que cuenta con 3 millones de usuarios- se encuentra cerrada.
Además, según algunos medios locales, se ha hallado un segundo artefacto casero en otra estación del metro, Plochad Vosstaniïa, minutos después de la explosión, que ya habría sido desactivado.
Uno de los artefactos llevaría metralla en su interior, por lo que la hipótesis del atentado terrorista empieza a cobrar fuerza. Fuentes rusas apuntan incluso a la posibilidad de que un terrorista suicida fuera el responsable de las deflagraciones.
El propio presidente ruso, Vladimir Putin, que se encontraba justo este lunes en la ciudad para reunirse con su homólogo bielorruso, Aleksander Lukashenko, manifestó tras conocer los hechos que si bien todavía están abiertas todas las hipótesis, parece probable que se trate de un ataque terrorista.
No es la primera vez que el metro ruso sufre un atentado, si bien hasta ahora los atentados se habían vinculado al conflicto checheno y hay ya quien apunta, con todas las cautelas, que podría estar relacionado con la guerra en Siria. Tras la intervención rusa varias encuestas nacionales apuntaron al temor de la población a que se produjera un suceso similar.