Ahora ha sido una acción coordinada la que ha transformado esta superficie, en la línea con la intervención muralista del edificio de la Tabacalera, en la misma calle Embajadores. El trabajo realizado consistió en pintar todas las paredes con un fondo negro y, seguidamente, dividirse la superficie. Así que no hay una imagen uniforme, porque cada uno de los artistas eligió libremente su temática.
El entorno de Cascorro, Ribera de Curtidores y Embajadores está registrando un movimiento cada vez más evidente de gentrificación, con la vuelta de los pequeños comercios tras el abandono del barrio por los mayoristas chinos.
Entre los nuevos murales y los de Tabacalera también se puede ver, en la esquina con la travesía de Cabestreros, otro luminoso trabajo realizado hace más de un año por Okudart. También en la fachada de La Bobia, el tradicional y renovado bar de Cascorro, se pueden ver hermosos murales, también muy efímeros porque se pintan nuevamente casi cada semana.