Los años de espera no han hecho desmerecer la apertura este miércoles del parque de Valdebebas, rebautizado recientemente como Felipe VI para disgusto de buena parte de sus vecinos. Este parque forestal, con 340 hectáreas ya ejecutadas, es el segundo mayor espacio verde de la ciudad de Madrid tras la Casa de Campo y el primero construido.
Valdebebas ya tiene parque, pero el Felipe VI no es solo un parque de barrio, sino que por su extensión y cuidado diseño está destinado a ser un pulmón verde para la ciudad y un lugar a visitar no solo para los habitantes del norte de la ciudad. En el límite noreste de Madrid, en el distrito de Hortaleza, el parque también ofrece unas magníficas vistas de la sierra de Guadarrama, todavía nevada.
De las 470 hectáreas proyectadas, ya están listas 340. La mayor parte de las mismas está dentro de la zona vallada, cuyo diseño evoca un árbol. El tronco es la zona más ajardinada, con un arboreto, paseos habilitados para todos los públicos y un laberinto en cuyo interior está el mirador con mejores vistas del parque y del entorno. La copa la forma el parque forestal. Está dividido en varias zonas que recrean los hábitats del centro peninsular, que aunque parecidos entre sí se distinguen por algunas especies de matorrales y árboles, así como por la densidad de los mismos.
La especies más comunes del parque son, pues, los pinos y las encinas, pero también se pueden encontrar fresnos, olivos o especies de ribera, ya que el agua es uno los ejes sobre los que gira el diseño. Se han recuperado varios arroyos, como el de Valdevivar o el de Valdebebas, cuya obra de acondicionamiento se está terminando en estos momentos. Pero, además, el parque tiene un sistema de recogida de aguas pluviales mediante cauces naturalizados que dan a parar a dos lagunas, que sirven de refugio a numerosas aves como garzas, ánades o cigüeñelas. También hay una zona de río, un humedal y un manantial natural en la zona este.
La copa del árbol está rodeada por el carril bici de 5 kilómetros del parque, que en total tiene 35 kilómetros de senderos, siendo los de color rojizo los que marcan las vías de salida. También hay varias casetas para instalar puntos de información turística, seis zonas de juegos infantiles con tirolina incluida, un circuito biosaludable o un merendero bajo un antiguo pinar. Además, el parque cuenta con 2.500 plazas de aparcamiento repartidas alrededor el espacio verde. En total, según los datos del Ayuntamiento, hay más de 300.000 árboles y otros tantos arbustos.
Más allá del árbol y a veces incluso de la valla, hay otras zonas verdes, como el arroyo de Valdevivar, el parque de las Cárcavas o el Bosque de los Ciudadanos, con pinos, encinas y almendros que plantarán los madrileños hasta el 31 de marzo. También hay zonas no ajardinadas, como la conocida por los vecinos como "el país independiente", una loma de difícil acceso que sufrió un incendio en 2012. En el futuro próximo, se ampliará aún más hasta las 470 hectáreas, con un vivero y planta de compostaje, de 50 hectáreas, y el parque periurbano, de 80 hectáreas, que está en tramitación.
El parque, que ha recibido este miércoles sus primeros visitantes humanos, ya tenía vida animal. Perdices, conejos y hasta zorros han encontrado refugio en este espacio que pretende recrear el bosque mediterráneo, no solo por su valor estético sino también porque tenía que ser un parque sostenible debido a su extensión. Así lo diseño el ex director general de Patrimonio Verde, Federico Sepúlveda, quien puso el acento en el ahorro de agua. Él no ha podido verlo terminado, ya que murió a causa de un cáncer, pero este miércoles los vecinos de la asociación de las Cárcavas recordaban lleva su firma. "Hizo un buen trabajo", aseguraba uno de ellos. "Ha quedado muy bonito", decía otro.
Polémica por el nombre de Felipe VI
La satisfacción por ver el parque terminado no quita que los vecinos de Las Cárcavas o Valdebebas hayan mostrado su parte más reivindicativa. "Somos los promotores del parque. Llevamos 20 años pidiendo que se hiciera. Todo esto eran escombreras", han recordado. En estos años, el proyecto, que iba a tener unas 2.000 hectáreas y se iba a llamar la Casa de Campo del Noreste, ha ido perdiendo extensión por el plan general de ordenación urbana, y se ha destinado finalmente a la Ciudad de la Justicia, todavía sin construir; la ciudad deportiva del Real Madrid o la ampliación de Ifema.
Una vez redimensionado, empezó a ser conocido como parque de Valdebebas, cuya construcción comenzó en 2006 y era una promesa electoral del programa de 2007 del PP de Madrid. Sin embargo y pese a que no se pararon las obras por la crisis, ya que sus 91 millones de euros de presupuesto han sido costeados por la Junta de Compensación, su apertura se ha retrasado cuatro años. La sorpresa llegó cuando el Ayuntamiento decidió llamarlo Felipe VI, con el disgusto de los vecinos de la zona. "Valdebebas era un nombre muy bonito", explicaba educado un jubilado acostumbrado a contemplar el parque desde la valla. "Es nuestro parque y se llama Valdebebas" es el lema que lucían este miércoles los vecinos de la asociación en sus camisetas. "Es lo más fácil. Era el nombre conocido", razonaba otra señora. Tanto es así que en su apertura este miércoles a las 15.00 horas (sin inauguración oficial a causa del accidente de avión de Los Alpes) en una de sus puertas de acceso el cartel oficial del parque había sido tapado por un sábana con su antiguo nombre. Rápidamente ha sido retirada por los servicios de seguridad del parque, pero será más difícil borrarlo de la memoria de los madrileños.
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