El debate del Estado de la Ciudad de Madrid celebrado este viernes en el Palacio de Cibeles puso la vista en las elecciones de 2015 y se centró en la EMVS, la ayuda a las familias en riesgo de exclusión social y las inversiones improductivas.
Un año más, la corrección política no evitó que hubiese duras acusaciones mutuas sobre la forma de solucionar los problemas derivados de la crisis y la gobernabilidad municipal.
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, aseguró que los ajustes municipales fueron necesarios para mantener los servicios públicos e incidió en que lo peor ha pasado. La regidora sacó pecho por la recuperación económica del Consistorio, con los objetivos cumplidos de la obtención de superávit, la reducción de deuda, el regreso de las inversiones y la reducción a 30 días del pago a proveedores. Para ello, destacó la puesta en marcha de los contratos integrales, la reducción del sector público, las fusiones de empresas públicas y la aplicación de numerosas ordenanzas de dinamización económica. Defendió el desarrollo del plan general como la herramienta que encabezará recuperación y abogó por un programa sencillo que se base en menos impuestos, más inversión y mejor calidad de vida.
El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Jaime Lissavetzky, acusó a Botella de estar fuera de la realidad y de que su tiempo se ha agotado. Aseguró que Botella ha enmendado totalmente a Ruiz-Gallardón y denunció que hay 162.000 ocupados menos en la ciudad y 48.900 contratos indefinidos menos en la ciudad, mientras ha crecido el número de desempleados y se han incrementado los empleos a tiempo parcial. Aseveró que la deuda por habitante se ha incrementado a los 2.194 euros y el IBI ha subido un 19 por ciento desde que Botella es alcaldesa, así como que subirá en 2015. Incidió en el descreimiento de la ciudadanía hacia el Ayuntamiento y en los caminos equivocados en los recortes en políticas sociales, la EMVS y la EMT. Planteó un plan de rescate a las familias en riesgo de exclusión social, un plan de empleo joven, la integración de la agencia de empleo, los viveros de empresa y la factoría industrial, la transformación de la EMVS en una agencia de vivienda, la paralización de la venta de edificios de vivienda social, la creación de una comisión de memoria permanente de la ciudad.
Su homólogo de Izquierda Unida, Ángel Pérez, lamentó la campaña electoral que puso de manifiesto la alcaldesa con sus anuncios, al considerarlos sueños de una capital que parece una vaca famélica, "sin proyecto propio y que se encomienda a la iniciativa privada tras la pesadilla olímpica y el desprecio de Adelson". Puso sobre el estrado el "descreimiento de la ciudadanía hacia las instituciones" de mano de una política que parece culpar al Estado del Bienestar de la crisis, lo que lleva a "atacar las políticas públicas, liberalizar a favor de intereses de los privados y con políticas fiscales regresivas". En el caso de la vivienda, el edil de IU ha afeado la venta de 1.800 pisos a fondos privados haciendo que un vecino particular tuviera que pagar 130.000 euros por una vivienda y el fondo 65.000. "Eso se llama detraimiento del patrimonio a la sociedad y eso debería estar penado", ha defendido. En el ámbito social, Ángel Pérez ha hecho un repaso por la reducción del presupuesto destinado a juventud, escuelas de música, infantiles... "No destinan ni escoltas a las mujeres víctimas de malos tratos", como habían anunciado años atrás.
El portavoz municipal de UPyD, David Ortega, definió el discurso de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, de "no creíble" y más propio "campaña electoral" cuando, a su juicio, la gestión 'popular' al frente del Ayuntamiento ha sido "pésima" plasmada en un aumento de la carga fiscal para los madrileños y el gasto de 1.100 millones en inversiones "improductivas, innecesarias y que no valen para nada". Es de "pésimo gestor" el tener un plan de ajuste hasta 2023, no tener recursos para pagar a proveedores durante años y el tener que ser "rescatado" por parte del Gobierno central con el plan de pago a proveedores". Agregó que "Madrid representa el 20 por ciento de toda la deuda municipal nacional. ¿Hay un Ayuntamiento en Europa con 7.000 millones de deuda?", se ha preguntado luego. También señaló que las familias con dificultades económicas alcanzan el Madrid el 37 por ciento. Asimismo, interrogó a Botella sobre la promesa del programa electora de crear 150.000 puestos de trabajo cuando la realidad es que ha aumentado el paro. "Por eso nos partimos de risa", ha relatado Ortega para ironizar con la credibilidad que suscita a la oposición los compromisos de la alcaldesa. "Los ciudadanos pagan más y reciben menos", ha asegurado el portavoz de la formación magenta para reseñar que los impuestos directos a los ciudadanos han crecido un 27 por ciento durante el periodo de Botella al frente de la Corporación.
El portavoz del PP, Enrique Núñez, defendió la necesidad de adoptar medidas "duras" aunque necesarias cuando se gobierna y "a pesar del coste político" que pueda acarrearles, medidas que se deben adoptar "sin prisas, ni atajos ni demagogia". El popular abogó por la "ejemplaridad" para recuperar la confianza ciudadana perdida hacia las instituciones, a lo que ha sumado su defensa cerrada de uno de los lemas de la alcaldesa, Ana Botella, "hacer más con menos" y "no como hicieron otros", en una referencia velada a los socialistas. Núñez remarcó que los comportamiento públicos siempre deben ser guiados por la transparencia, como asegura que se hace en el Consistorio, ofreciendo a los ciudadanos "soluciones reales y efectivas". También ha apuntado que, más allá del pesimismo, su partido tiene la convicción de que "con esfuerzo y responsabilidad es posible alcanzar el objetivo de salir de la crisis". Para ello, el PP que capitanea Botella en el Ayuntamiento basa su gestión en pilares como "garantizar los mejores servicios públicos a los colectivos más vulnerables, con criterios de austeridad presupuestaria y con eficiencia en la gestión".
Botella, cerró sus intervenciones opinando que los políticos han "malgastado demasiado tiempo en discutir eternamente cuestiones que no están en el orden de prioridades de las personas". Reafirmó su compromiso con "la política dirigida a aportar soluciones a los problemas" de la ciudadanía. Admitió que queda mucho por hacer pero que eso no le puede llevar al "trazo muy grueso", de tono negro y pesimista, dibujado por la oposición al negar los "avances realizados" en la salida de la crisis. "Esa negación sistemática de la oposición hace un flaco favor a la imagen de la ciudad y entorpece las perspectivas de futuro", ha lamentado. De Madrid, la regidora destacó la "pujanza a la hora de sobreponerse y su constante espíritu de adaptación", su primer activo el "carácter de los madrileños". "En un tiempo récord hemos logrado mejorar la situación critica en la que estábamos. Ahora estamos mejor preparados que antes de la crisis para afrontar el desarrollo sostenido a medio y largo plazo", ha aseverado la alcaldesa. El mérito, en su opinión, es de la ciudadanía.