"Es una locura abrir un negocio en esta época, pero una locura divertida". Pedro Clúster (nombre con el que firmaba los textos) explica, orgulloso, en su nueva tienda que cree que los mercados madrileños estaban faltos de librerías para comprar "alimentos para el espíritu". Él, de momento, ha abierto dos. Una en el
mercado de Diego de León (La dama boba) y otra en el
de Chamberí (La furagaña). Nunca en su vida se había dedicado a la venta de libros, pero es, dice, un gran lector. Monasterio relata así el nacimiento de la idea para empezar con el negocio: "Estuve viviendo en Málaga un par de años y me veía otra vez en la calle. Volví a Madrid y tuve la suerte de que me contrataron para trabajar en una y, con lo que aprendí, decidí abrir la mía propia".
Aunque el proyecto es arriesgado, confía en que salga bien. "Casi no quedan librerías pequeñas en Madrid, las grandes superficies se las cargaron". "Ahora mucha gente del barrio se alegra de encontrarse esto aquí y no tener que ir hasta El Corte Inglés", apunta. El establecimiento de Diego de León, que está enfrente del puesto de frutas y antes era una inmobiliaria, aunque es pequeño tiene "un poco de todo"
(best sellers, clásicos, cuentos, biografías, libros de cocina y mucha poesía) y "le da un toque diferente al mercado".
La vida de Pedro ha dado muchas vueltas. Ha conocido el éxito como empresario y el fracaso al verse sin nada. A la calle llegó por "un problema mental" y reconoce que lo que vivió en dos años le cambió la vida.
"Dormir un invierno en la calle te marca para siempre", repite. Tras su periplo mediático, que le vino "muy bien para la autoestima", ha tenido varios empleos. Su voz es una de las más críticas contra las políticas municipales para los 'sin techo'. "
Los albergues municipales no son dignos, te humillan, lo que necesita una persona que está en la calle es salir de la calle", critica. Además, denuncia que los últimos albergues para indigentes que se han construido en la capital estén a las afueras, en polígonos industriales, como es el caso del
Juan Luis Vives (Vicálvaro) o el
Puerta Abierta (Latina).
Sobre la
nueva ordenanza de convivencia que aprobará el Ayuntamiento de Madrid (PP) y que, entre otras polémicas medidas, contempla sanciones a los mendigos cuando "representen actitudes coactivas o de acoso, u obstaculicen e impidan intencionadamente el libre tránsito de las personas o vehículos", Monasterio considera que está fuera de todo lugar: "¿Cómo vas a multar a alguien que pide? ¿cómo pretenden que lo pague? pedir limosna ya de por sí es una humillación, esto sería demasiado".
Ahora, vendiendo historias, se siente "feliz y muy ilusionado", pero asegura que no dejará de alzar la voz contra las injusticias. Y, antes de irnos, nos recomienda un libro "que gusta a todo el mundo": 'Rayuela' de Julio Cortázar.
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