martes 05 de abril de 2011, 00:00h
Qué difícil es caminar por la senda de la naturalidad y qué complicado subsistir sin desfallecer en tiempos de mediocridad mediática. En estos tiempos que corren, hay gentes variadas queriendo ser lo que no son y nunca serán: modelos que son presentadoras, presentadores que quieren ser políticos, políticos que quieren ser famosos como cantantes, cantantes que quieren ser fiscales y manejar leyes, ministros que quieren ser todopoderosos como jueces y algunos de éstos últimos han querido ser famosos y estrellas, y así hasta el infinito. El mundo está trastocado y nosotros, curiosos notarios de esa absurda realidad.
Y una de las estrellas más importantes y principales de esta curiosa miscelánea social dice que ya no quiere más; que no va repetir y que se nomina para abandonar la casa. ¡A buenas horas!.
No es ninguna heroicidad irse cuando las aguas están tan revueltas y bravas; cuando se da la batalla por perdida y el campo de lucha está tocando en retirada masiva. No hay honor en el adiós cuando no queda otra. No es plausible dejar a su suerte a los que te han seguido sin darles camino de salida. Aunque es de agradecer no dejar para el último momento la especulación de la duda; y dicen que una retirada a tiempo es una victoria, sobre todo para quien se va, que se libra con ello de la patata caliente que deja tras de sí.
Por eso y otras cosas más estamos de promoción. En tiempo de bolos y ofertas de última hora; ¡pasen y vean quien da más!, que Jaime Lissavetsky nos quitará el impuesto de basuras, dice, si gana el ayuntamiento de Madrid; y Tomás Gómez dice que creará un banco nuevo para dar crédito a los madrileños, sin especificar muy bien de dónde saldrán los fondos para ello… que estamos de promoción de ultima hora y todo es poco si se trata de ofrecer. Mientras uno quiere irse, otros quieren quedarse para siempre, y ofrecen dadivas sin parar…crédito para dar crédito.
Y mientras todo eso llena, páginas y minutos sin fin, Zapatero dice que se va pero no se va. Se queda un largo año y sigue siendo presidente del gobierno español, teniendo tiempo hasta que eso llegue, de hacer, pensar y recomponer mientras alguien elucubra como manejar este tetris en el que han convertido este país.
Todo vale, así que veremos momentos gloriosos que nos quedan por observar y vivir.