
En esta exposición puede verse desde las escrituras de fundación de la compañía hasta los primeros uniformes utilizados por los trabajadores del Metropolitano, pasando por una colección de billetes –que muestran la evolución de las tarifas y los tramos-, las insignias distintivas del personal de Metro, una evolución de los planos –y, por lo tanto, de la red-, placas, semáforos y timbres, así como las primeras máquinas expendedoras, maquetas y fotografías de la historia del suburbano que, desde su primer día de servicio, el 17 de octubre de 1919, ha evolucionado al compás de la sociedad madrileña.

Madrid empezó contando con un medio de transporte suburbano que cubría, de Norte a Sur, una longitud de cuatro kilómetros con ocho estaciones. “Fue sin duda un comienzo modesto, pero trascendental, porque con esta infraestructura, Madrid se convertía en la sexta ciudad del mundo en disponer de ferrocarril suburbano y daba definitivamente el salto a la modernidad y a la vanguardia en materia de transporte público.”, recordó el consejero de Transportes.
Hoy, 90 años después, mantiene la misma vocación de servicio al ciudadano y trabaja diariamente para facilitar la movilidad de más de 2,5 millones de viajeros al día –cifra similar a la que supuso la demanda del servicio en sus tres primeros meses de vida-.

En la inauguración de la muestra, José Ignacio Echeverría destacó que “estos 90 años de historia son por tanto la historia de un éxito”, que se ha debido a tres factores: la gente de Metro, que no sólo han sido empleados, sino rofesionales comprometidos, el impulso político que Metro ha recibido de diferentes administraciones y el entusiasmo de todos los madrileños. El resultado, señaló, es que el Metro de Madrid se encuentra hoy “en cabeza de los suburbanos del mundo”.