En Madrid el ocio nocturno es mucho más que una manera de pasar el tiempo. En Madrid el negocio del ocio es un motor económico que no se puede desdeñar ni poner bajo mil sospechas. Si los locales no cumplen con la ley, que los cierren. Y si la cumplen, que tengan todas las garantías jurídicas para no depender de las hipersensibilidades municipales, que en 72 horas es capaz de acometer unos cierres, que si no hubiera sido por la muerte de Álvaro Ussía, no se habrían llevado a cabo.
¿Por qué se cierra ahora? Estás claro que la presión social y mediática tras el asesinato de Álvaro ha doblado el brazo al Ayuntamiento, que normalmente mira con cierta relajación todo este barullo de las licencias. El caso ‘Guateque’ supuso un leve pisotón al acelerador del control sobre las licencias, pero le faltaba un pequeño y tétrico detalle: no había muerto nadie. Ahora sí: es crudísimo y patético, pero es así. Si no estuviéramos lamentando la muerte de Álvaro, tampoco estaríamos ante el cierre de But, ni de Macumba, ni de