Con mascarilla, geles hidroalcohólicos y distancia de seguridad reforzada con mamparas. Esta es la 'nueva normalidad' de un espacio que, antes del 11 de marzo -cuando se decreto el confinamiento-, ya había planificado toda la programación primaveral de un teatro en pequeño formato. Pero la cruda realidad no dejó alternativa: Microteatro(calle Loreto y Chicote 9) cerraba sus puertas y sin ningún tipo de previsión de apertura por la situación sanitaria creada por la pandemia.
Una situación que se convirtió para aquellos que un día idearon este proyecto en una oportunidad de creación, más allá de las salas en las que se representan historias y lecturas dramatizadas. Con la vista puesta en el 18 de agosto, fecha en la que reabrirán sus puertas, los impulsores del proyecto recuerdan sus inicios: "En octubre celebramos nuestro décimo aniversario y ya tenemos casi pensada la programación. Retomaremos obras que han pasado por aquí con gran éxito entre el público", rememora Verónica Larios, socia fundadora de Microteatro y directora-gerente de la sala.
A partir del 18 de agosto nuestras salas vuelven a llenarse de teatro y estamos desando compartirlo contigo 🔥🥰🎭
La historia de esta iniciativa teatral se remonta a noviembre de 2009. Casi 50 artistas entre directores, autores y actores presentaron un proyecto escénico en un antiguo prostíbulo en la calle Ballesta: 'Por dinero' -Miguel Alcantud fue el autor de la idea y coordinador del proyecto-. En las 13 habitaciones del burdel se alojaron 13 grupos autónomos e independientes con la consigna de crear una obra teatral de 10-15 minutos para un público de menos de diez personas por sala sobre un tema común, la prostitución. Estas obras se representaron tantas veces como público hubo durante tres o cuatro horas, llegando alguna a representarse más de 20 veces al día.
El éxito de este 'experimento teatral' hizo replantear la escena como espacio en el que caben otras alternativas trasgresoras que rompen con el concepto de teatro tradicional y además, dirigido a todos los públicos. Así nació Microteatro hace casi una década, un concepto que tiempo más tarde pusieron en marcha otras salas madrileñas. Microobras de 15 minutos sobre un mismo tema, representadas en espacios pequeños -salas de menos de 15 metros cuadrados-. Una manera de dejar en manos del espectador la elección del número de obras que quiere ver así como de la temática.
Tras meses "encerrados" en casa, lo cierto es que tanto Verónica como el resto del equipo no han parado de trabajar desde el inicio del confinamiento. Los intérpretes han continuado creando para hacer teatro, eso sí, de la mano de las nuevas tecnologías. La reflexión sobre cómo afrontar unos meses que marcarían el inicio de una etapa complicada y distinta a lo vivido hasta ahora, colocó este pequeño teatro en el centro de proyectos virtuales que han abierto la manera de entender la creación. Primero llegó #MicroEnCasa, un proyecto de Microteatro en streaming a través de Internet: "Los actores grababan en sus casas cuando el confinamiento era total. A partir de la apertura, poco a poco, fueron juntándose en otros espacios".
¡Esta noche nos despedimos de #MicroEnCasa! ¡No te pierdas a @jesusgrannda en EL PENALTI a las 22.30h!
Un proyecto que les abrió otras puertas, como la colaboración con la ONG para el DesarrolloAnesvad, por el Día Internacional de África. Una iniciativa que puso la Sanidad por bandera. Coincidiendo con la situación de desescalada gradual y tras la presión sufrida por los profesionales sanitarios en España, esta obra de pequeño formato -retransmitida online- ayudó a reflexionar sobre la importancia de un sistema público y universal, que atienda a todo el mundo con garantías independientemente de su origen o contexto social.
'Bendita Sanidad' fue la comedia en formato microteatro escrita y dirigida por Nancho Novo y protagonizada por Ana Batuecas y Guillermo Serrano, que acercó a la realidad de países como Togo o Benín, donde "la atención sanitaria sufre carencias vitales que afectan a gran parte de su población", explica Verónica Larios. La pieza recrea situaciones cómicas, pero con un trasfondo real, reflejando una sociedad donde la atención sanitaria está supeditada al poder adquisitivo del paciente, lejos de la sanidad universal que tanto se ha reivindicado durante la crisis provocada por el coronavirus en todo el mundo.
"Existe un público que sigue el teatro en streaming"
#MicroEnCasa se ha convertido en una idea que quieren continuar manteniendo a un precio simbólico de un euro: "Existe un público que sigue el teatro en streaming. Son obras sobre temas que pasan realmente en casa y en un escenario real". En el contexto actual, "de incertidumbre por lo que pueda pasar", Verónica maneja un proyecto que todavía se encuentra en proceso de valoración: una plataforma propia de streaming. "Todavía es pronto pero la idea es que las obras de la sala también puedan verse ahí". Una oportunidad para dar la cabida a la gente que por motivos personales o por el miedo a la pandemia no se desplazan a las salas pero no quieren renunciar a la cultura".
'Por donde lo dejamos'
La programación en sala recuperará muchas de las obras que se quedaron sin su estreno en marzo. También las obras programadas para los siguientes meses quedaron en un stand by y en unas semanas podrán subirse a la pequeña escena de este teatro. Esas 16 historias vuelven a Microteatro: en la sesión de tarde, de jueves a domingo se podrá ver 'Reina Republicana', 'Cásate conmigo', 'Superwomans' y 'Habitación 153'.
Teatro cercano pero con protección
Aunque se trate de salas con menor espacio, las medidas de seguridad e higiene convierten a este espacio en seguro para el público. El aforo se reduce y entre pase y pase, las salas serán desinfectadas con lámparas de UV, una tecnología ultravioleta altamente efectiva para la desactivación de los virus en el aire y superficies: "Estos rayos ultravioleta de onda corta (UV-C) alcanzan porcentajes de esterilización de hasta el 99,9 por ciento".
Además, se tomará la temperatura a todos los asistentes a los espectáculos antes de acceder a la sala con un termómetro digital de frente y los dispensadores de gelhidroalcohólico se colocarán por todo el espacio. Por otro lado, las entradas y salidas se realizarán por dos escalera diferentes para impedir que las personas de diferentes pases tengan contacto directo. De esta forma, cada pase generará una especie de grupo burbuja que permitirá controlar los contactos en caso de un rebrote.
El registro de acceso de las visitas y las mascarillas obligatorias completan el plan de medidas establecido: "Los actores y actrices que se sientan más seguros llevando mascarilla pueden hacerlo y si no, se contará con mamparas transparentes movibles de separación entre el público y los intérpretes".