El final de la Navidad trae consigo la temporada de rebajas, cuya fecha de inicio la determinan las Comunidades autónomas. En Madrid comenzaron el 1 de enero y, según Adecco, van a generar 27.850 nuevos empleos, posicionando así a la Comunidad como la tercera región en términos absolutos de empleo en este periodo.
Fijando la mirada en el incremento interanual, este crecimiento asciende en la Comunidad de Madrid hasta el 15 por ciento, el mayor de todo el país. En todo el país, se espera que se firmen 202.000 contratos, un 9,3 por ciento más con respecto a 2021, cuando se firmaron 184.591. La proporción de contratos fijos discontinuos durante las rebajas se quedará en un 10 por ciento frente al 20 por ciento de la campaña de Navidad. Esto podría deberse a que la contratación depende en este momento en mayor medida de cómo evolucionen las ventas. La temporada de rebajas supone un mayor consumo y más concentrado que en Navidad, recuerdan desde Adecco, pero el contexto inflacionista actual, junto con la guerra de Ucrania y la escasez en el abastecimiento de materias primas hacen que los compradores miren más su bolsillo.
Sin embargo, desde Acotex -Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos de la Comunidad de Madrid- no esperan un incremento importante de personal a excepción de algunas cadenas. Su presidente, Eduardo Zamácola, recuerda que “las rebajas son una consecuencia de cómo ha ido la temporada y si hay grandes rebajas significa vender con grandes descuentos lo que no has vendido antes”. Desde su asociación apuntan a que esta temporada será moderada, dado que no hay mucho stock sobrante porque los negocios tampoco se han abastecido como otros años. “No podemos hacer promociones agresivas debido al incremento de costes. Esperamos buen margen, menos consumidores en la calle y cifras similares a las del año pasado”, añade.
"No podemos hacer promociones agresivas"
En cuanto a los puestos más demandados, se mantiene la tradición con la necesidad de dependientes, ayudantes de caja, promotores, comerciales o teleoperadores. Sin embargo, se consolida el cambio de hábitos de consumo potenciado por la pandemia con la adquisición de productos a través de plataformas logísticas y comercio electrónico. Es por ello que también se demandan un gran número de puestos de trabajo en el área de distribución de los artículos.
Se espera un gasto medio de 94€
Los consumidores españoles gastarán estas rebajas una media de 94,38€, según una encuesta del portal financiero Banqmi. Esto supone una reducción del dos por ciento respecto al año pasado, aunque se mantiene por encima de 2021, cuando se quedó en los 93€. País Vasco y La Rioja serán las comunidades con mayor gasto con 110€ y 107€ respectivamente, mientras que Madrid se mantiene por encima de la media nacional con unas expectativas de gasto de 100€ por persona.
Esta encuesta desvela también un nuevo descenso pero leve de las compras en formato físico y un aumento de dos puntos porcentuales en las compras online. Sin embargo, la Asociación Española de Consumidores (Asescon), eleva esa perspectiva de gasto medio hasta los 135€ según otra encuesta realizada "a pie de tienda" a unas 1.000 personas.
El ocio como prioridad
Acotex valora positivamente la temporada de invierno hasta el Black Friday. Según su presidente la población aprovechó este fenómeno para adelantar las compras de Navidad dejando un diciembre complicado. “El Black Friday es un mal endémico que hemos adoptado: vender en noviembre con promociones agresivas lo que antes vendíamos en enero”, comenta Zamácola. El consumidor no está dispuesto a adquirir más tarde y a mayor precio lo que puede encontrar a final de noviembre con descuento.
La situación macroeconómica tampoco ayuda, debido a la incertidumbre y el contexto inflacionista. “La gente no gasta en moda sino en la hipoteca, gasolina, alimentos… y de lo que queda, prefiere disfrutarlo cenando en un restaurante o tomando una copa”, añade el presidente de Acotex. La bolsa de ahorro que se generó con la pandemia se está destinando a paliar la subida de precios y, una vez cubiertas las necesidades básicas, el consumidor tiene que priorizar al ver reducida su capacidad de compra "y prioriza el ocio". “La inflación nos afecta significativamente a los comerciantes porque sufrimos los costes en nuestras carnes. El comercio tiene que vender sin bajar precios y el consumidor necesita descuentos agresivos para comprar”, sentencia.