Huerta de Mena: los vecinos piden su protección para "salvar" el espacio centenario
Por MDO
lunes 16 de mayo de 2022, 09:00h
"Vamos a intentar que no desaparezca". Así de rotundo se muestra Luis Gómez. Este vecino del barrio de Hortaleza preside la Asociación La Noria y desde el colectivo han iniciado una campaña de recogida de firmas para conservar la centenaria Huerta de Mena, una de las históricas quintas del antiguo pueblo de Hortaleza, también conocida como 'finca de los Almendros'. Casi 4.700 firmas quieren salvar este espacio histórico, encajado entre las autopistas M-40 y M-11 -en la calle Gregorio Sánchez Herráez- y que acumula 200 años de antigüedad.
Sus orígenes se remontan al siglo XVIII cuando la finca fue adquirida por Eugenio de Mena quien compró 125 hectáreas. Conocida al principio como Casa de Mena, con el paso del tiempo y por el espacio de cultivo que allí se encontraba, terminó denominándose Huerta de Mena. Pero no fue el único propietario de esta "joya urbanística", como la definen los vecinos. Dos fueron especialmente destacables por su repercusión intelectual y cultural. Uno de ellos fue el político y periodista Rafael Gasset Chinchilla, varias veces ministro e hijo del fundador del periódico El Imparcial, Eduardo Gasset y Artime. El segundo fue el insigne autor teatral Carlos Arniches Barrera, que se lo compró al anterior. Ambos, primero Gasset y después Arniches, se convirtieron en figuras destacadas de la vida intelectual, política y social de las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX.
En la época en la que la Huerta de Mena quedó en manos de Arniches, entre 1920 y 1928, la finca se utilizó como residencia veraniega familiar. Allí acudían intelectuales de la época que organizaban veladas artísticas con escritores de la talla de Rafael Aberti y José Bergamín, el director de escena Eduardo Uguarte, el director de cine José López Rubio, el compositor Gustavo Pittaluga y el ingerniero Eduardo Rodrigañez, entre otros. Este espacio se convirtió en un lugar de encuentro de la intelectualidad madrileña por el que pasaron casi todos los nombres más relevantes de la Generación del 27.
"La finca le daba tranquilidad para escribir. Carlos Arniches disfrutó mucho de ella. Se celebraban grandes meriendas con tortillas y pasteles pero él apenas comía, se tomaba una cucharada de bicarbonato y se iba a jugar al frontón en una de las paredes principales de la finca", cuenta el bisnieto del dramaturgo. Joseba Barron-Arniches, médico bilbaíno, y responsable de la custodia de la obra y archivos de Arniches, ha visitado en varias ocasiones Hortaleza para conocer la antigua propiedad familiar. "Esta finca no podemos perderla", denuncia. Involucrado desde el principio en la lucha vecinal por conservar la Huerta de Mena, apoya en todas las acciones que han organizado desde la Asociación la Noria y la Plataforma en Defensa del Casco Antiguo de Hortaleza. "El progreso de una nación siempre depende de la cultura. Si no hay cultura se pierde todo", apostilla.
Conservarla supone recuperar la memoria de lo que fue y de la importancia que protagonizó, no solo a nivel cultural, también urbanístico. La finca cuenta con una serie de edificios, entre los que se encuentra un "posible palacete no catalogado y que debió servir de residencia a sus antiguos ocupantes"; cuenta Luis Gómez. También existen indicios de que se conserva un antiguo cenador, alamedas y áreas que se utilizaron para trillar el campo y practicar deportes.
“Supone recuperar la memoria de lo que fuimos como país. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es cogerlo, puede sacarle un rendimiento impresionante como espacio cultural, porque por allí pasaría cualquier persona interesada en la literatura”, subraya.
La finca, tras Arniches, tuvo otros propietarios. La monjas Trinitarias (a las que vendió el terreno una de las hijas del dramaturgo), el doctor Manzanete y por último las Madres Adoratrices, que hace años dieron uso a la finca como centro de desintoxicación de drogodependientes, a cargo de la Comunidad de Madrid y que cerró sus puertas en 2012. Desde entonces, el terreno se encuentra cerrado y solo vigilado por un guardés. Pero los recuerdos siguen aflorando entre el colectivo vecinal. Un colegio y un convento siguen en la memoria de algunos residentes. Existen testimonios, según cuentan los vecinos, sobre una piscina en la que se daban un chapuzón con un bono de 10 baños. Otros se acuerdan de los jardines, los campos de almendros y la sombra de un castaño, bajo la cual se sentaban para respirar la tranquilidad de la finca.
La congregación es la actual heredera del terreno que desaparecerá si se acaba aprobando el Plan Especial urbanístico que las propietarias actuales necesitan para vender la finca a un "grupo empresarial que quiere levantar oficinas", explica Gómez. El presidente de la asociación vecinal ha podido averiguar que estos son los planes, lo que implicaría la destrucción de todo este espacio histórico: "La congregación tiene un acuerdo de venta de los terrenos condicionado a que el Ayuntamiento apruebe el Plan que también afectaría a las dos parcelas municipales que rodean la antigua Huerta de Mena", añade.
Una acción que, como detalla Gómez, supondría "la destrucción del palacete, sus jardines y el arbolado". Según cuentan los residentes del barrio de Hortaleza, a finales del siglo pasado, el Ayuntamiento "condenó" a la finca a la desaparición al recalificar el terreno con un uso terciario: "Ocurrió en 1977, durante la alcaldía de José María Álvarez del Manzano (PP), con la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. Unos años antes, la Huerta sufrió una amputación con la construcción de la M-40, que se llevó por delante el estanque que inspiró a Rafael Alberti", cuenta el presidente del colectivo vecinal. Un poeta que se convirtió en asiduo visitante a la finca.
Los miembros de la Plataforma en Defensa del Casco Antiguo de Hortaleza piden protección para un espacio que guarda tanta historia cultural. Desde el Ayuntamiento aseguran que no tienen noticias de ningún futuro propietario de Los Almendros: "Se trata de una propiedad privada y en lo que quieran hacer los dueños, el Ayuntamiento no se puede meter. Si quieren vender es cosa suya". Por otro lado, fuentes del área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid explican que el ámbito debe desarrollarse por el planteamiento de iniciativa privada, por un sistema de compensación, según recoge el Plan General. Y se requiere la formulación de un Plan Especial para la ordenación del mismo. Pero ese Plan lo debe presentar el propietario y hasta ahora no existe documentación suficiente ni se ha iniciado ninguna tramitación administrativa".
Con todo esto, los vecinos de Hortaleza solicitan que "sea modificado su actual categoría en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid y se recupere para la ciudadanía como un centro de interpretación de Hortaleza y los pueblos anexionados a Madrid en el siglo XX". Además proponen "un centro didáctico en relación a la figura de Carlos Arniches y la Generación del 27". Entre los planes inmediatos, Gómez tiene previsto volver a contactar con el Ayuntamiento. "Les hemos enviado otras cartas y peticiones pero no hemos recibido respuesta alguna".
El artículo dice que la recalificación ocurrió en 1977, durante la alcaldía de Álvarez del Manzano.
El problema es que Álvarez del Manzano fue alcalde entre 1991 y 2003.