La Policía Municipal de Madrid ha interceptado y denunciado a un varón que vendía gallinas en una furgoneta aparcada en plena calle a compradores que supuestamente iban a sacrificarlas para realizar un ritual de santería.
La intervención policial tuvo lugar el martes 23 de mayo por la mañana en la calle 15 de agosto, ubicada en el distrito de Usera. Los agentes llegaron al lugar tras una información de un representante de una protectora de animales, que había observado esta venta ilegal de animales, explicando que por sus observaciones sabía que los compradores iban a matar al animal en un ritual de santería.
Cuando llegaron los agentes vieron a un hombre, de 72 años, que tenía en su poder a las gallinas en cajas dentro de la furgoneta y estaba hablando con una cliente de origen dominicano de 37 años. El detenido confirmó a la Policía Municipal que los vendía a través de cita previa a antiguos clientes, pues antes tenía una tienda muy conocida en el distrito que se dedicaba a ello.
Comentó que había adquirido las aves en una tienda de Ciudad Real, pero no aportó ninguna factura que lo demostrase. En el interior del vehículo los agentes encontraron una gallina de Guinea, siete gallinas pollas y dos palomas, que vendía por una cantidad de entre seis y diez euros, algo que está prohibido hacer en vía pública y sin ningún tipo de permiso.
Por ello, fue denunciado, además de por un posible delito de maltrato animal, recogido en el artículo 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por llevar a las aves en cajas pequeñas, estando el vehículo a pleno sol. Los animales fueron trasladados al Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Madrid, según ha informado a Europa Press una portavoz del Cuerpo Local.
A pesar de carecer de antecedentes policiales y ser apoyado por algunos vecinos del barrio, la responsable de la asociación animalista ya había elaborado un informe con anterioridad en el que informaban a la Policía que el denunciado vendía animales para rituales.
Según ha publicado hoy el diario
ABC, esta mujer adjuntó fotografías de personas, principalmente dominicanas, transportando aves en cajas e incluso en estaciones de Metro.