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Adolescentes en grupo
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Adolescentes en grupo (Foto: Juan Luis Jaén)

El calvario de denunciar abusos sexuales en el colegio y que sean vistos como un “juego de niños”

Por Alba Cabañero Aina
sábado 27 de marzo de 2021, 08:47h

El bullying o acoso escolar se ha convertido en otra pandemia contra la que se lleva luchando desde hace tiempo. Muchos alumnos sufren en las aulas un infierno que puede llegar tanto a través de sus compañeros como a través de los profesores en forma de insultos, amenazas, golpes e incluso abusos sexuales.

El Instituto de Política Social (IPSE) ha recogido el testimonio de Amanda, una joven que ha decidido romper su silencio y denunciar los abusos sexuales que sufrió por parte de sus compañeros de clase hace cinco años, cuando ella tenía 15.

“La víctima ha confesado que sus compañeros de clase le obligaban a desnudarse y le llegaron a mostrar sus miembros. También le llegaron a decir y hacer cosas que se clasificarían como actos de violencia de género”, apunta Andrea Carreño, responsable del área de Igualdad en IPSE y experta en violencia de género.

“Esta denuncia nos llega a través de una llamada de Amanda en la que nos empieza a argumentar, intentando abrirse, que ha sufrido acoso sistemático y acoso sexual. Estamos acostumbrados a escuchar el tema del acoso y bullying escolar, pero el acoso sexual pasa muchas veces desapercibido y más en Madrid. Empezamos a hablar más a fondo con ella y nos contó todo. La conclusión que sacamos es que esta joven ha pasado un calvario”, relata a Madridiario Pablo Hertfelder, presidente del IPSE.

Amanda se remontó cinco años atrás para contar que, en grupos de cinco “en manada” como describen desde el IPSE–, ejercían el abuso sobre ella, encerrándole en lugares apartados donde le insultaban, golpeaban y obligaban a desnudarse. Por mucho que ella se resistió, al ser cinco contra una, acababa siendo tocada por estos compañeros, que le instaban también a tocar sus genitales.

Informó tanto a su tutor como a la dirección del centro –cuyo nombre, desde IPSE, no pueden revelar todavía–, que tomaron cartas en el asunto expulsando durante un día a los abusones y calificando la situación de “juego de niños”.

La pasividad desde el centro y el continuo bullying provocó que Amanda tuviese que repetir curso, donde su infierno no acabó ya que sus ex-abusadores avisaban a los del otro curso para que fuesen a por ella.

“Lo que más nos ha sorprendido es ver que tras cinco años por fin rompe el silencio; esto había que denunciarlo. Hemos presentado un escrito a Miriam Rabaneda, directora del área territorial de Educación de Madrid, para que tome medidas urgentes. Nos hemos metido de lleno porque consideramos que este tipo de abusos sexuales no se pueden consentir y mucho menos que la dirección tome medidas pésimas como es la expulsión de un día”, anuncia Hertfelder. El escrito, presentado el martes, fue admitido a trámite el mismo día.

Avisa que desde el IPSE tomarán “todas las vías legales” para que se cierre este centro. “Advertimos a la señora directora que, si no toma las medidas necesarias, lo haremos nosotros y ahí sí haremos público el nombre del centro, del tutor y de la dirección para señalar quienes tienen la culpa de esto”, agrega.

CIASI, herramienta contra el abuso sexual infantil

Amanda no fue capaz de acudir a nadie más que a un psicólogo cuando pasó por este sufrimiento, y ni siquiera en aquel momento fue capaz de expresar todo lo que había vivido.

“Cuando una persona sufre acoso de este tipo, se calla durante bastante tiempo por miedo a que le persigan u ocurran males mayores. Ella maduró anticipadamente y guardó silencio. Se arrepiente de no haber denunciado, pero por fin ha roto ese silencio y ahora empieza su liberación”, explica Pablo Hertfelder.

Para casos de abuso sexual en menores en la Comunidad de Madrid existe el CIASI, Centro especializado de intervención en abuso sexual infantil, donde ayudan a aquellas víctimas de abusos y a sus familias a salir adelante.

"El CIASI tiene por objeto la asistencia a menores que hayan sido víctimas, o se tenga la sospecha de que lo hayan podido ser, de cualquier tipo de acto contra la libertad e indemnidad sexual del menor, así como a sus familias, residentes en la Comunidad de Madrid. También atiende a los menores de edad presuntos agresores sexuales y a sus familias", explican a Madridiario fuentes de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad.

Sus principales características son su carácter especializado, su carácter integral y el enfoque multidisciplinar en su intervención con los menores.

Entre las actuaciones que desempeña destacan la evaluación del testimonio del menor; la asistencia social, psicológica y jurídica para los menores agredidos sexualmente, su familia y su entorno; atención para los presuntos agresores, iniciando una intervención terapéutica lo antes posible para frenar posibles conductas negativas en el futuro; asesoramiento jurídico; emisión de informes a solicitud de organismos de la administración de justicia y de los órganos involucrados en la protección del menor; denuncia de los abusos para que las agresiones no queden impunes; y la promoción de la sensibilización social sobre el abuso sexual infantil.

Añaden que la derivación a este centro se puede realizar a través de cualquier profesional que tenga conocimiento de los hechos y que cumplimente un Protocolo de derivación que se envía a la Dirección General de Infancia, Familias y Natalidad.

"Desde la Dirección se notifican a la Fiscalía todos aquellos casos en los que no consta que se haya interpuesto una denuncia. En el caso de que el supuesto abuso hubiese tenido lugar en algún Centro Educativo se notifica a la Inspección Educativa de la Consejería de Educación. Una vez revisada la documentación y dado de alta el expediente, se da traslado al CIASI. Desde allí se realiza una valoración de la prioridad de atención del caso por una Comisión de expertos. En las primeras actuaciones realizadas por parte de los profesionales del CIASI, se realiza una coordinación con la entidad que ha realizado la derivación del niño, niña o adolescente y en su caso, cuando es preciso, con los servicios sociales", exponen.

Anualmente en este centro reciben 450 derivaciones nuevas. Solo en 2020, se atendió a nivel psicológico a 600 niños, niñas y adolescentes. De ellos, 442 fueron derivaciones y de esas, 13 procedían de centros escolares.

Educación habla de descenso en los casos de bullying

A pesar de que se siguen dando a conocer casos de abusos en las aulas, desde la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid indican a Madridiario que el número de casos denunciados en la Inspección Educativa ha descendido desde los 179 registrados en el curso 2015/16, primero en el que se implantó el Plan contra el Acoso Escolar, a los 105 contabilizados en el curso 2018/19, lo que supone hasta 79 menos.

El IV Informe Anual sobre Convivencia y Acoso Escolar, presentado en el verano de 2020, concluye que el porcentaje general de potencial acoso escolar ha disminuido en la región un 66,6 por ciento.

“La Comunidad de Madrid aprobó en 2019 un Decreto sobre convivencia escolar que refuerza la normativa en la lucha contra el acoso escolar en todos los colegios públicos y concertados e institutos de la región, estableciendo un marco regulador para que cada centro escolar disponga de su propio plan de convivencia y de una comisión que garantice su cumplimiento”, destacan fuentes de Educación.

Este Decreto –aprobado en abril de 2019– tiene como objetivo regular las comisiones de convivencia, cuyas funciones pasan por elaborar el plan en cada centro, fomentar el buen clima escolar y facilitar la prevención, detección, intervención y resolución de los conflictos.

Asimismo, el documento aporta instrucciones claras sobre los procedimientos para prevenir y actuar contra la violencia en las aulas, el acoso escolar y la LGTBIfobia.

El Decreto incluye también las conductas contrarias a las normas de convivencia, de tres tipos: leves, corregidas de forma inmediata mediante amonestación verbal, expulsión de una clase o actividad, o realizando algún tipo de tarea que mejore el entorno del centro; graves: faltas de asistencia reiteradas sin justificar, desconsideración con los compañeros o participación en riñas; y muy graves: acoso físico o moral a los compañeros, amenazas o insultos a los profesores, actos de intimidación o violencia, grabación y difusión de agresiones o humillaciones o discriminación por cualquier razón de nacimiento, raza, sexo, religión, orientación sexual u opinión, entre otras.

Desde el Instituto de Política Social señalan que más de 180 menores se han sometido a “acoso escolar” –incluido el sexual– en la Comunidad de Madrid en 2020, y matizan que es un 15 por ciento más que en 2017, año “récord”.

“Lo que no vamos a permitir en el IPSE es que estos casos pasen desapercibidos, no solo por el daño que se le pueda hacer a la víctima en el momento, sino por lo que eso pueda conllevar en el futuro para la víctima y para sus allegados”, subraya Carreño.

“Nos parece impresionante que en 2017 hubo una ola de acosos, pero nos hemos dado cuenta que en el 2020 esto ha aumentado y nadie se ha hecho eco ni ha denunciado públicamente que en los centros educativos se está acosando constantemente a niñas”, recalca Hertfelder.

El programa ‘Alerta Bullying’

Aparte de los protocolos de la Comunidad de Madrid, muchos colegios adoptan programas anti-bullying para detectar cuanto antes este tipo de casos y poder erradicarlos o prevenirlos.

Uno de ellos es el Programa Prevención Alerta Bullying Ginso, que ofrece conocimientos a profesores, alumnos, familias y otras personas que forman parte del entorno educativo sobre la prevención y localización de los diferentes tipos de maltrato en las aulas.

Algunas de las materias tratadas en este programa son la adquisición y fomento de habilidades sociales, educación en valores, desarrollo de la autoestima a través de la inteligencia emocional y la prevención del consumo de drogas y de la discriminación. Una formación que ayuda a detectar los casos de acoso escolar, que no siempre se producen en las aulas.

“Hay que reconocer que una situación de acoso es una responsabilidad de todos. Por eso formamos también al personal no docente como los que cuidan de las rutas escolares, a quienes están en los patios, etc., porque ellos son los que ven a los estudiantes en otros ambientes que no es el aula”, cuenta Sophie Álvarez-Vieitez, subdirectora del programa.

Para los alumnos, dentro de este programa existen varias herramientas: Amigos Alerta’ (de 1º y 2º de la ESO) y ‘Equipos Alerta’ (de 3º y 4º de la ESO), preparadas para detectar, apoyar, mediar en conflictos que pueden resolver entre ellos y avisar en caso de que el problema requiera ponerse en conocimiento de un adulto; o el 'Botón S.O.S. Bullying' virtual y el 'Buzón S.O.S. Bullying' físico, medidas que permiten avisar desde los dispositivos móviles y de manera inmediata y anónima si se detecta un posible caso de acoso entre el alumnado.

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