El comienzo del curso suele venir acompañado de los piojos, que siguen siendo un problema habitual en los niños y en los padres que luchan por acabar con estos pequeños y molestos insectos. La preocupación no se centra solo en cómo acabar con ellos una vez hayan aparecido sino en qué hacer para prevenir el contagio. Ante esta preocupación generalizada, la Organización de Consumidores (OCU) recuerda que las lociones o champús resultan eficientes exlusivamente cuando hay signos claros de infestación y no evitan el contagio, tal y como muchos creen.
Ante esta situación, la organización señala que una de las claves para acabar con esta lacra que cada año asola a las familias pasa por actuar de forma rápida y estar atento en cuanto se note cualquier tipo de indicio. El picor suele ser la primera señal de su presencia. Al inspeccionar la cabeza del niño, pueden encontrarse los piojos de color marrón-ceniza, así como pequeñas bolitas blancas que parecen caspa o arena. Se trata de las liendres, los huevos del piojo. Y son estos los más complicados de erradicar ya que se adhieren al cabello.
Entre los muchos productos disponibles para acabar con estos insectos aparecen algunos con insecticidas (como permetrina) y otros con acción sofocante (con siliconas) en formato de loción o champú. OCU recuerda que las lociones deben aplicarse con inmediatez después del lavado, dejándola actuar durante algunos minutos y lavando después con el champú habitual o el de tratamiento. En el caso de usar champú antipiojos, este también debe dejarse actuar durante algunos minutos.
Algunas de las medidas que se pueden utilizar para evitar su invasión a otros miembros de la familia o incluso por el hogar son lavar a 60º toda la ropa usada por el niño, así como sábanas, toallas o incluso la sillita del coche. Pasar el aspirador por los sofás, cortinas y alfombras, la limpieza en seco o guardar la ropa en una bolsa de plástico durante dos semanas, también resultan eficaces para acabar con los piojos.
Si (
No(
A favor (
En contra (
