Manuela Carmena ha vivido hoy el que será su último Pleno. Como venía avisando, se irá, pues su continuidad estaba ligada a la retención del bastón de mando, algo que no ha ocurrido. Cibeles ha investido este sábado al popular José Luis Martínez-Almeida con mayoría absoluta y la alcaldesa ha pasado a ser ex.
Todo, pese a las especulaciones de los últimos días y los amagos de ruptura entre PP y Cs. Aunque, eso sí, a ella no ha parecido sorprenderle, pues ha avisado de que, el mismo día de las elecciones municipales, “sabía que las tres derechas pactarían” para apartarla del poder.
Será el lunes -según ha anunciado- cuando deje su acta como edil y pase a ver los toros desde la barrera. No obstante, antes de desvincularse de la política municipal le ha pedido un último favor a su sucesor: que evite una enmienda a la totalidad de su mandato durante los cuatro años que tiene por delante.
“Más de medio millón de madrileños votaron estas políticas concretas”, le ha exclamado a Almeida, a la vez que le ha recordado que ella ganó las elecciones. En este punto, ha legitimado los pactos -en 2015 Ahora Madrid no fue la lista más votada-, pero ha criticado el de las tres derechas porque la situación “ahora no es como hace cuatro años, cuando [Esperanza] Aguirre solo sacó un concejal más”.
Asimismo, ha recordado los votos que ha perdido Almeida y ha solicitado “salir de este frentismo”. “Tienes que ser un alcalde abierto, tienes que escuchar”, ha continuado en un discurso en el que también ha pedido al alcalde que “gobierne para todos, incluido para los 500.000 ciudadanos que no te han votado”.
En su intervención, Carmena se ha centrado de igual forma en el feminismo, línea que ha vertebrado su Gobierno los últimos años. Mirando fijamente a los concejales de Vox, a los que ha tildado de “extrema derecha” en varias ocasiones, ha asegurado que ese movimiento “ha significado la mayor revolución del mundo sin una gota de violencia”.
Decenas de personas la despiden
Mientras se celebraba el Pleno de investidura, decenas de personas se han concentrado en la puerta principal del Palacio de Cibeles para "agradecerle" el trabajo. Como aquella manifestación en la que pidieron que siguiera, en esta ha habido lágrimas al haberse consumado el relevo y muchos ánimos a la antigua jueza.
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