Las pintadas hacen daño por muchas razones:
- Se vulnera el derecho de los ciudadanos a tener su casa, sus espacios públicos y privados como mejor les parezca y no como les impongan a la fuerza los vándalos del spray.
- Se afean notablemente los paisajes urbanos. La mayoría de los grafiteros que practican el “tagging” no tienen la menor formación artística y su única finalidad es exaltar su propio ego ensuciando la ciudad.
- Se utilizan pinturas y aerosoles sintéticos tóxicos, dañinos para el medio ambiente.
- Los comercios y establecimientos públicos pierden todo interés en tener fachadas bellas y agradables puesto que se las van a vandalizar al poco tiempo.
- Se estropean los revocos y decoraciones exteriores de los edificios de interés artístico y arquitectónico.
- Los miembros de estas bandas frecuentemente desembocan en otras formas de delincuencia.
- Frente a estas agresiones a la ciudad y a los ciudadanos, las autoridades no se interesan por el problema y la policía muy rara vez actúa. No existen leyes para combatir el vandalismo.
- Madrid no se merece esta plaga que afea notablemente la ciudad.