El verano está para disfrutarlo y muchos jóvenes eligen hacer un voluntariado para pasar sus vacaciones ayudando a los que más lo necesitan. La Fundación BBVA MicroFinanzas ha lanzado este año por primera vez sus Becas DIME (Desarrollo, Inclusión, Microfinanzas y Emprendimiento) para que cinco universitarios conozcan cómo las microfinanzas ayudan a personas que viven en situaciones vulnerables en varios países de Sudamérica.
Durante un mes, los beneficiarios de esta beca visitan los servicios centrales de la entidad en varios países para introducirse de lleno en las microfinanzas y conocer cómo se trabaja allí. Después, se desplazan a entornos urbanos y rurales para reunirse y asesorar a pequeños emprendedores que, a pesar de las dificultades económicas, buscan sacar sus negocios adelante.
Brezo Sintes, Ignacio de la Peña y Jesús García viajaron este año a Perú y Colombia, donde, además de poner en práctica lo que han aprendido en sus estudios, han visto el lado más humano de llevar a cabo un voluntariado y han vivido nuevas experiencias que, sin duda, les han marcado de por vida.
“Algo que pudimos hacer perfectamente y que me gustó mucho fue poder indagar sobre el cliente y conocerle bien y su historia. Íbamos nosotros a verle, a ver su entorno. Es algo más humano”, indica Brezo.

Como ella, Ignacio estuvo en Huancayo, una pequeña ciudad en el centro de Perú donde, según él, el tiempo se vive de otra manera. “Yo venía de trabajar en Londres y el ritmo de vida es totalmente distinto al que tienes en una sociedad occidental. Vivimos pegados al reloj y en Perú cualquier cosa te puede llevar tres o cuatro veces más del tiempo que has planificado en la cabeza y entender eso ya es difícil. Se valora el tiempo de otra forma, son más de vivirlo”, destaca.
Allí, como explica este estudiante de Derecho y ADE, además de poner en práctica las microfinanzas, pudieron conocer una cultura “muy distinta a la española” y ver el día a día de las personas más vulnerables de la región, así como “conocer historias bastante sorprendentes”.
“Realmente fue estar inmersos en lo que es la práctica pura y dura de la microfinanza en sí. Estuvimos en una pequeña agencia llamada Financiera Confianza, que es la entidad asociada peruana dedicada a microfinanzas y en la que acompañé durante todo el proceso a una tutora”, recuerda Brezo.
Por su parte, Jesús vivió algo similar en Colombia: “Profesionalmente, me llevo ver cómo es el entorno laboral en Bancamía, cómo operan, cómo se toman el trabajo. Pasar el día entero con el ejecutivo al final te da la oportunidad de conocerles bastante bien. Te contaban su historia, qué les motivaba para estar en ese trabajo, cómo habían llegado allí, etc. He aprendido muchísimo”.

Estudiante también de Derecho y ADE, relata que durante el mes de beca desempeñó junto a gente de la empresa diferentes labores, incluyendo el trato con el cliente, parte que más le llamó la atención.
“Lo que más me ha llenado y he aprendido es el contacto humano. La gente en Colombia es cariñosa, cercana… El trato humano es muy personal, se preocupan mucho por los demás. Tienen una disposición positiva siempre y eso ayuda mucho. Es lo más grande que me llevo como lección de vida”, señala.
Un viaje enriquecedor
“Esto ha sido una pieza clave. Estaba terminando un máster y no sabía muy bien por dónde tirar. Las microfinanzas mezclan la economía y el tema social, que son las dos cosas que más me encantan. Ver que es posible o que existe esto, y que en Perú tiene tanto impacto social, me hizo decir: ‘Esto es lo mío’”, cuenta Brezo.
Al igual que a ella, este recorrido por las zonas más endebles de Perú y Colombia ha cambiado la percepción de futuro de Ignacio y Jesús que, concienciados con lo social, ahora plantean dedicarse de lleno a ello.
“A corto plazo, mi objetivo es terminar la carrera. A largo plazo, me gustaría hacer algo con lo que pudiera ayudar a cambiar la vida de personas de una manera u otra”, comenta Ignacio.

“Más o menos tenía pensado entrar en el mundo de la empresa, pero la verdad es que ahora me lo estoy planteando. No sé si empezar a aplicar con algo más relacionado con la acción social, porque me ha gustado mucho”, considera Jesús.
Una oportunidad muy recomendable
Tanto Brezo, como Ignacio y Jesús, recomiendan encarecidamente a todos aquellos que deseen conocer este mundo de las microfinanzas, solicitar la Beca DIME de la Fundación BBVA MicroFinanzas.
“Muchas gracias a la Fundación por darme esta oportunidad en la que he aprendido muchísimo. La verdad es que es una experiencia que recomendaría a todo el mundo. Te puede cambiar la vida, aprendes mucho y aprendes a valorar, porque hay personas que con muy poco son muy felices”, manifiesta Ignacio.
“En general, la experiencia ha sido increíble. Lo recomiendo totalmente. La gente es excepcional y, la verdad, me gustaría volver. Lo guardo en el recuerdo con mucho cariño”, afirma Jesús.
“Animo a quien pueda a que viva esta experiencia, porque para mí ha sido como un milagro. Una experiencia así, no es solo eso, sino que puede determinar tu futuro y a su vez, el de muchas personas”, sentencia Brezo.