El Gallinero
lunes 09 de julio de 2018, 09:38h
Parece que vamos hacia una solución social y urbanística del poblado del Gallinero, en ese rompecabezas que es la Cañada Real Galiana, En esta mañana de lunes de muchas calorías, se han reunido la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el presidente de la Comunidad, Angel Garrido, y han realizado ese encuentro en el lugar de los hechos, a pie del secano y la miseria, que es el Gallinero. Hace un par de meses, las dos instituciones, Ayuntamiento y Comunidad, firmaron un acuerdo para el desmantelamiento de esta zona, que consiste en el realojo de las 150 familias que allí viven y la erradicación del poblado, para evitar nuevos asentamientos.
Este acuerdo, que empieza a ser histórico, supone el primer paso del Pacto Regional de la Cañada Real, que acordaron ambas administraciones, junto a los ayuntamientos de Rivas y Coslada, que también forman parte territorial de este espacio conflictivo en todos los órdenes, donde se amasan la miseria, la marginación, el hacinamiento, la insalubridad, la inseguridad, y especialmente, el submundo de la droga: los drogadictos, los camellos y los especuladores de vidas ajenas. La Cañada Real es hoy el gran supermercado, el hiper, de la droga en Madrid, después de que se desmantelaran, años atrás, los poblados de las Barranquillas, la Rosilla, Pitis o los Focos.
Ha sido largo y dificultoso el camino, porque había, hay, tres ayuntamientos distintos y la propia Comunidad, con problemas de propiedad del suelo, construcciones ilegales, ocupación de terrenos ajenos, un censo inestable y muchos intereses ocultos inconfesables. En fin, un largo y espinoso camino que, parece, empieza a tener visos de actuación inmediata e inequívoca. Esperemos que así sea, y que las competencias de las distintas administraciones, no se transformen en incompetencia para aprobar de forma definitiva la difícil asignatura de la Cañada Real.
Cronista Oficial de Madrid y Getafe
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