Somos un puzle de mil piezas. Algunos nos hemos especializado en darlas la vuelta, otros en ordenarlas por colores, luego están los que buscan las esquinas y finalmente los que las encajan.
Hubo una vez… que una de las piezas de ese puzle enfermó, dejó de encajar y el puzle entero tuvo que ir al hospital.
Allí tenían la misión de completarlo. Unos pensaron que la pieza estaba del revés, otros la pusieron en otro color e incluso la giraron, pero no encajaba.
- ¡Es culpa de los que la dan la vuelta! ¡Te he dicho que no la pongas de ese color! ¡Deja de girarla por tu cuenta! (gritaban)
Mirad al puzle entero y compartid la pieza.
He dicho compartir, no compartimentar.
Enfermeros, médicos, fisioterapeutas, auxiliares…, todo el equipo decidió hacerle caso y se reunieron cada mañana para ver como evolucionaba el puzle.
Cuando todas las esperanzas estaban perdidas, la pieza se curó. Y lo que no saben es que el puzle, mucho antes de que la pieza encajara en él, ya estaba completo.
Que alguien nos recuerde y bien alto, que somos todos para uno, y uno para todos.