“Estábamos comiendo y al acabar dijo que se iba. Desde entonces no le he vuelto a ver”. Así responde María al ser preguntada por la desaparición de su marido. Isidro San Julián Noriega salió de su casa en el madrileño barrio de Vallecas el 26 de octubre de 2017 y desde ese día nadie ha sabido de él.
En 2017, la asociación SOS Desaparecidos registró un total de 3.745 casos, 87 de ellos en Madrid. A fecha de 31 de diciembre, seguían desaparecidas 14 personas en la Comunidad de Madrid; una de ellas, Isidro.
Tres meses y 16 días después, su mujer y sus cuatro hijos siguen en la lucha por encontrarle. Aferrada a la esperanza, María tardó un mes y medio en denunciar la desaparición de su esposo porque “estaba segura de que iba a volver”. Afirma que entre ellos no había ningún problema ni estaban peleados, por lo que resulta más extraña su partida en coche aquella tarde de octubre.
Aconsejada por la Policía esperó, y cuando el cuerpo de seguridad le dio luz verde empezó a pedir ayuda y a difundir la foto de su marido a través de medios de comunicación y asociaciones como la ya citada SOS Desaparecidos. El 16 de enero aparecía el característico cartel de esta organización con la foto, nombre y descripción en sus redes sociales.
¿Los principales detalles? Varón de 54 años, 1,70 de estatura, complexión delgada, pelo corto de color castaño, gafas graduadas, pantalón de chándal y camiseta negros y deportivas azules con elementos naranjas y blancos. Portaba una bandolera y cogió el coche familiar, un Mercedes 32O azul oscuro y con matrícula TO-7991-X.
La importancia de las asociaciones en estos casos
Ante la desesperación por la pérdida de un ser querido y la inquietud de saber si volverá o no, la mayoría de familias piden ayuda a SOS Desaparecidos y otros organismos para aumentar las posibilidades de encontrarle.
“El equipo de SOS desaparecidos está formado por 34 personas, con teléfonos activos las 24 horas durante todos los días del año. Tenemos nuestras áreas especializadas de atención a familiares: área jurídica, área psicológica, área criminológica, área social y área de informática forense. El alcance de difusión de nuestras alertas alcanzó el pasado año la cifra de 82.506.515”, explica a Madridiario Joaquín Amills, coordinador nacional de SOS Desaparecidos.
La colaboración ciudadana es clave también en los procesos de búsqueda. Según un estudio de esta corporación, a lo largo del año pasado recibieron más de 1.300 llamadas telefónicas y 258 correos electrónicos de ciudadanos que aportaron información sobre el paradero de personas desaparecidas. 587 de esas personas en paradero desconocido tuvieron un desenlace feliz y fueron localizados en buen estado. En contraposición, 144 desaparecidos fueron encontrados sin vida.
El rango de actuación de SOS Desaparecidos no se limita a España; la cobertura es internacional: “Estamos presentes en Portugal, Francia, Bélgica, Suiza y EE.UU., y tenemos acuerdos de colaboración con asociaciones de Italia, Polonia, Grecia, Inglaterra, Rumania y Alemania”.
Y añade Amills: “Tenemos acuerdos de colaboración, por ejemplo, con unidades caninas K9”, por lo que el operativo que se despliega cuando una familia denuncia una desaparición da lugar a esperanzas y aplaca de cierta manera el dolor de los parientes.
“El tiempo va pasando factura”
“La Policía no tiene ningún indicio de nada. De momento todo sigue igual, la investigación sigue hacia adelante”, comenta María, que comparte la incertidumbre de la pérdida de su cónyuge con sus hijos. “No lo están llevando muy bien, sobre todo el pequeño que es el que está en casa”, señala.
Miles de pensamientos se cruzan por su mente desde la desaparición de Isidro, pero nada le detendrá en la incansable búsqueda de su marido, a pesar de que los 108 días sin él se sienten como losas en la espalda.
“Se me pasan por la cabeza muchas cosas. Que no quiera saber de nosotros, que le haya pasado algo… Cada día te levantas con algo nuevo en mente y el tiempo va pasando factura”, sentencia.