El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es el mayor organismo de investigación español. Su creación en 1939 supuso un importante avance en la época, año que corresponde al inicio de la dictadura franquista en España.
De mano de la Ley de 24/11/1939 se creaba esta institución con “la voluntad de renovar su gloriosa tradición científica” asentándola sobre la “restauración de la clásica y cristiana unidad de las ciencias destruida en el siglo XVIII”. Esta ley establecía que "todos los Centros dependientes de la disuelta Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, de la Fundación de Investigaciones Científicas y Ensayos de Reformas y los creados por el Instituto de España, pasarán a depender del Consejo Superior de Investigaciones Científicas".
Desde entonces, el CSIC es la institución más importante en el ámbito de la investigación. Sufrió también la censura, desde un punto de vista científico, viéndose limitado en muchas áreas de investigación.
Su primer presidente, José Ibáñez Martín abogaba por una “ciencia católica” en el discurso inaugural del Consejo: “Queremos una ciencia católica. Liquidamos, por tanto, en esta hora, todas las herejías científicas que secaron y agostaron los cauces de nuestra genialidad nacional y nos sumieron en la atonía y la decadencia. [...] Nuestra ciencia actual, en conexión con la que en los siglos pasados nos definió como nación y como imperio, quiere ser ante todo católica”.
Ya durante la transición, se publica en 1977 un nuevo reglamento que rompe con la etapa anterior y al que se añaden todas las reglamentaciones posteriores. Su principal objetivo: flexibilizar la rigidez administrativa que pesaba sobre el organismo.
El CSIC tiene como principal misión, recogida en su estatuto, “el fomento, coordinación, desarrollo y difusión de la investigación científica y tecnológica, de carácter pluridisciplinar, con el fin de contribuir al avance del conocimiento y al desarrollo económico, social y cultural, así como a la formación de personal y al asesoramiento de entidades públicas y privadas en esta materia”.
Su labor de investigación científica y técnica de carácter multidisciplinar en ocho áreas diferentes le ha llevado a ser la tercera institución pública de Europa dedicada a la investigación, poniendo a España en el punto de mira como un referente científico a nivel internacional.