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Setas
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Setas (Foto: Cristina Martín)

En busca de setas perdidas por los bosques de la Comunidad

Por Alba Cabañero Aina
sábado 11 de noviembre de 2017, 09:00h
A pesar de que las inclemencias meteorológicas no han sido propicias para su aparición, la temporada de recolección de setas está a la vuelta de la esquina y en la Comunidad de Madrid pueden encontrarse varios lugares en los que pueden dejarse ver.

El otoño ha hecho acto de presencia en la Comunidad y con su llegada se espera el comienzo de la temporada de recogida de setas. Cada año, con las primeras lluvias de noviembre, los bosques se llenan de hongos de numerosas especies y de aficionados a la micología que salen a su encuentro.

Por desgracia, debido a la sequía, se espera que las setas tarden algo más en salir este año que de costumbre. Para desarrollarse, las setas necesitan temperaturas frescas y humedad, condiciones que no se han dado en Madrid todavía.

Aun así, son muchos ya los que se preparan para recibir la temporada de recogida de setas por todo lo alto. En la Comunidad abundan los níscalos, pero existen numerosas variedades como los boletus pinicola, mansarones, setas de cardo, senderuelas y hongos silvestres, entre otros.

Pero antes de lanzarse a la caza de hongos, la Sociedad Micológica de Madrid y la Dirección General de Medioambiente de la Comunidad de Madrid aconsejan seguir ciertas normas que son imprescindibles a la hora de adentrarse a recolectar setas:

  • Si el ejemplar no se conoce hay que evitar su ingesta. Se puede coger y llevar al centro de la Sociedad Micológica, en el que expertos analizarán la seta y determinarán si es tóxica o comestible.
  • Si hay dudas de la toxicidad de una de las setas recolectadas, se debe mantener apartada del resto de setas que sí se sabe que son comestibles.
  • La mejor forma de transportar los hongos es en una cesta de mimbre, ya que facilita que los ejemplares se aireen y las esporas caigan y se diseminen, dando pie a que crezcan más setas. Las bolsas de plástico las ensucian y fermentan, echándolas a perder.
  • Es indispensable no destruir las setas que no vaya a recoger. Sean desconocidas o no, si no van a cogerse, no deben destruirse. Es recomendable seguir el mismo procedimiento con los ejemplares viejos, rotos, alterados, jóvenes o inmaduros.
  • El mejor método para recogerlas es cortando la base con una navaja. Arrancarlas o sacarlas con utensilios como rastrillos dañarán el micelio del hongo, lo que llevará a que no vuelvan a salir setas en ese lugar.
  • Solo se debe recolectar lo que se va a consumir, no más.
  • Antes de ir a por setas, se debe tener clara la zona a transitar, sabiendo si se trata de un lugar privado o con alguna normativa que restrinja la recogida. Deben evitarse los lugares en los que existe un alto riesgo de contaminación (cunetas, campos fumigados, áreas industriales, vertederos, jardines urbanos, etc.).
  • Por último, es importante revisar uno a uno los ejemplares antes de cocinarlos o almacenarlos. Si tras probarlos hay sospecha de envenenamiento, se debe acudir inmediatamente a urgencias con una muestra de los ejemplares ingeridos y solicitar la presencia de un micólogo.

Normativa de recogida de setas

Aunque en muchas Comunidades Autónomas es necesario pedir permisos específicos para recolectar setas, en Madrid no hace falta. La Ley 16/1995, de 4 de mayo, Forestal y de Protección de la Naturaleza de la Comunidad de Madrid establece que: “La recogida consuetudinaria (que se basa en tradiciones o costumbres) de leñas, frutos, plantas, setas, o residuos forestales en los montes públicos, podrá realizarse sin más requisitos que el consentimiento tácito del propietario del monte. La Comunidad de Madrid podrá regular este tipo de aprovechamientos en los montes de utilidad pública, no pudiéndose establecer tasas por tal concepto.”

¿Dónde recolectar setas en la Comunidad?

Aunque muchos prefieren pasar a Castilla y León, en Madrid también hay numerosos sitios llenos de setas que hacen las delicias de los amantes de los hongos cada año, no solo por la proliferación de setas, sino por la belleza del entorno.

Alameda del Valle es uno de los pueblos más famosos entre los micólogos. Situado en el valle Alto del Lozoya, en la Sierra Norte, este pueblo goza de numerosas especies de hongos como los boletus, los níscalos, seta de cardo, senderuelas o champiñones silvestres. Aquellos que decidan acercarse a este destino pasearán por las innumerables dehesas y bosques de encina que rodean el pueblo, además de volver a casa con una cesta llena de distintos ejemplares de setas.

El Puerto de Canencia es otro de los lugares en los que se puede disfrutar de un agradable paseo a la vez que ir cazando setas por el camino. Aquí también proliferan un gran número de especies, siendo las más comunes los boletus edulis, setas de fraile, níscalos o seta de cardo.

Los alrededores del Monasterio de Santa María de El Paular son un lugar idóneo para encontrar níscalos y champiñones silvestres. El Valle de El Paular, cerca de Rascafría, ofrece numerosas rutas para ir en busca de setas, como por ejemplo el entorno de Las Presillas o la Cascada del Purgatorio.

Lugar emblemático para los amantes del senderismo es el Puerto de Cotos. Desde allí, puede cruzarse de Madrid a Segovia, caminando entre Peñalara y el ramal de Cuerda Larga a 1.830 metros de altitud. Siguiendo esta ruta, los amantes de las setas encontrarán grandes cantidades de níscalos, ejemplar predominante en la zona.

El Puerto de los Leones, en el término municipal de Guadarrama, es otro de los lugares señalados por los expertos como idóneo para recoger setas. Al igual que el de Cotos, permite cruzar a Segovia y en sus pinares proliferan los boletus edulis y los níscalos.

En Cercedilla, los boletus edulis y los níscalos son los reyes. Para encontrarlos es preciso acercarse al Puerto de la Fuenfría y seguir alguno de los caminos paralelos al río Moros, donde abundan estos hongos.

Robledo de Chavela es otro de los municipios madrileños en los que la tradición micológica es muy importante, sobre todo porque las setas son uno de los elementos fundamentales en su cocina. El Alto de la Navahonda es el lugar ideal para encontrar setas de cardo, pero siguiendo por los alrededores aparecen otros ejemplares como champiñones, níscalos o setas de pie azul.

Con vistas al Monasterio de El Escorial, aquellos que se adentren en las faldas del Monte Abantos podrán disfrutar de rutas micológicas guiadas para conocer mejor los ejemplares que allí abundan como las setas de cardo, boletus, senderuelas o setas de pie azul.

Por último, La Barranca, en Navacerrada, ofrece numerosas rutas por las que se puede recolectar setas y disfrutar a su vez de la naturaleza en su estado puro. Amanitas, russulas, lepiotas, níscalos, boletus, cantarelos o champiñones silvestres son los ejemplares más característicos de esta zona.

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