El 8 de junio de 2017, oficialmente, se ha marcado el punto de inflexión de la política circense del grupo parlamentario de Podemos en la Comunidad de Madrid, tal cual.
Después de haber copiado acciones fuera de las instituciones, como el famoso autobús de Hazte Oír, pero en morado, han debido decidir que era hora de trabajar, después de 2 años de legislatura autonómica. Plantean una moción de censura donde lo importante no era la moción de censura. Para ellos, en palabras de Víctor Rey, el objetivo era ‘poner fin al intento de normalización del saqueo como forma de gobierno’.
Para mí, han fracasado triplemente: ni los medios le han dado la ‘puesta de largo’ que quería a la 'número dos' de la lista de Podemos en Madrid, Lorena Ruiz-Huerta García de Viedma; ni han conseguido apoyos para cambiar a la presidenta Cristina Cifuentes; ni han puesto fin al saqueo que dicen sobre la forma de gobierno. Básicamente para esto último, son los tribunales los que ponen fin a los saqueos. UPYD se gastó más de 300.000 euros en causas judiciales cuando creyó que debía acabar con la corrupción. Podemos en cambio se gasta 600 euros al día en un autobús morado, grandes diferencias, ¿verdad?
Un ejercicio de democracia podría ser informarse y ver los videos de la Asamblea. Hay uno especial donde Ángel Garrido, mano derecha de Cristina Cifuentes, golpea la moción como si tratara de un ‘punching’ de boxeo. A la presunta candidata de la moción le han faltado al menos 10 años de experiencia, los mismos que tenía el 'número uno' de Podemos en Madrid, José Manuel López. López fue apartado de la portavocía de Podemos en Madrid con, según sus propias palabras, ‘tics de la vieja política’.
Por otro lado, resultó irónica la intervención de Ramón Espinar Jr. Recordemos que Ramón, hijo de condenado por tarjetas 'black' -en la que UPYD pidió en enero de 2016 408 años de cárcel para el total de consejeros de Caja Madrid y Bankia- hizo 30.000 euros de caja con la VPO mientras preparaba las manifestaciones de ‘Juventud sin casa, sin curro, sin pensión’.
El PP debería aprovechar estos años para limpiarse por dentro, renovarse, pagar hipotecas y airear maletines debajo de las alfombras. Un partido con tanto apoyo tiene que ser fuerte y útil a la sociedad. De igual modo el PSOE de mi querido Ignacio Benito, con gran apoyo también entre las familias, debe de unirse en Madrid, coser y coser para tener una izquierda fuerte.
En Ciudadanos se oye un run run que parece encajar con las acciones últimas que están teniendo. Parece ser que Begoña Villacís e Ignacio Aguado no están pasando por su mejor momento naranja. Ella conocida en todas partes y con posibilidad de promoción; él necesitando de publicidad en el metro de Madrid para que la gente conozca a su persona y las iniciativas de su grupo. Habrá que preguntar a César Zafra, aquél abogado que ejerció sin estar habilitado para ello, qué es lo que sucede, pero no pinta bien. Ya tenemos ejemplos de cómo Ciudadanos se ha cargado Valdemoro, o de cómo se ha llegado a fulminar su propio grupo político en municipios tan importantes como Las Rozas en Madrid, abierto en canal.
Sinceramente creo que Podemos lo hubiera hecho mejor en el Circo Price, también en Madrid. Allí no hubieran tenido al gran Ángel Garrido de oponente y hubiera sido más bien un monólogo; les hubiera sido más fácil. Lorena Ruiz-Huerta García de Viedma ha sido la noble conejilla de indias para la moción de su jefe Pablo Manuel Iglesias Turrión, él lo hará mejor. Su moción es un fracaso: ni en votos, ni en afianzar descontento de todas las familias españolas que les dieron su apoyo. Otro ‘Show business’, pero sin ‘business’.