Una vez concluyen las celebraciones navideñas, toca volver a empezar. Un nuevo año supone, como de costumbre, el borrón y cuenta nueva para las rutinas, las actividades laborales, los estudios, viajar lejos de la familia. Todo, otra vez. Para algunas personas, esta situación de volver a estos puntos anteriores a la Navidad se convierte en un problema de difícil resolución. A este problema, que puede ser considerado clínico según su intensidad y dificultad para erradicarlo, se le conoce como depresión post navidad, o depresión post navideña.
A todos, alguna vez, nos llegó a pasar que, tras un parón por fiestas, vino un bajón súbito, donde la alegría y el compartir se suplieron con jornadas de oficina y comidas a deshoras. Dos momentos tan dispares que hacen, en la mente, comparaciones traicioneras que afligen, y mucho. A su vez, el nuevo mes de enero trae a la mente los recuerdos de las cosas que se hicieron mal, las que se hicieron pero salieron igual de mal, los proyectos que se apuntaron y nunca se concretaron, y un sinfín de objetivos que quedaron únicamente en el papel. ¿Cómo afrontar esto?
Qué es la depresión post navideña
La depresión post navideña es un malestar que se presenta mayoritariamente en las mujeres. Esto, sin embargo, no debe interpretarse como que los hombres están curados de por vida contra estas situaciones de depresión. La depresión post navideña tiene que ver directamente con el cambio, a velocidad de luz, que sufren la mayoría de las personas que miran cómo varían los momentos entre el último mes del año que termina, y el primer mes del año que comienza.
Mientras en diciembre los pensamientos van mostrando liviandad, por ser un mes de compartir, de juntarse con la familia, de comer bien, y comer juntos; enero se presenta como un mes para comenzar a hacer cuentas, para empezar de lleno en las labores, para aceptar de un tirón que ya han acabado las navidades, y el tiempo libre.
No son pocos los que no se acostumbran a esa situación. Aunque las causas pueden ser muy diversas, las más comunes se muestran a continuación.
Principales causas
La principal causa de la depresión post navideña es el compartir familiar. Bien sea por presencia o por ausencia. En diciembre, en los tiempos festivos, es recurrente pensar en las personas que no pudieron estar compartiendo en nuestra mesa. Puede ser porque otros compromisos se lo impidieron, o porque ya no pertenecen a esta vida terrenal. Estos pensamientos, a su vez, se maximizan cuando el nuevo año comienza y el vacío familiar se hace más perceptible. Asimismo, viajar de nuevo a las ciudades donde se trabaja o estudia puede ser un golpe fuerte, sobre todo para los más jóvenes. Estar lejos de la familia es duro, y el cambio entre verlos todos los días, preparar el almuerzo juntos, y compartir mucho tiempo, se corresponde con una depresión de niveles colosales.
Sin embargo, cuando se es más adulto, y sobre todo cuando se es jefe o jefa de la familia, las causas cambian. Una de las causas más comunes en ese orden lo merece el factor económico. Diciembre es un mes de “permitirse” gastos. Comprar ropas, comprar más comida, adornos, pinturas, y todo tipo de artículos de la época, se permiten. Los gastos, por tanto, son muy superiores al promedio general del año. Esto se hace evidente al mes siguiente, cuando la tarjeta de crédito dice que la cuota es 4 veces mayor. Para mucha gente, este cambio implica una deuda extra, y comienzan los pensamientos destructivos que reseñan todas aquellas cosas que se pudieron evitar, para así gastar menos.
Solicita ayuda profesional
Una de las formas más prácticas de resolver el conflicto emocional que supone la depresión post navideña es recurriendo al tarot por telefono. El servicio de tarot económico 806 es ideal en este orden, ya que, además de ayudar a superar el problema, muestra niveles de confidencialidad y discreción muy altos. Añadido a esto, el tarot barato 806 puede realizarse íntegramente desde casa, y a cualquier hora.
Esto último, que pudiera parecer sin trascendencia, es esencial en esos momentos en los que no se quiere salir a ningún lugar, no se quiere conversar con nadie mirándole a los ojos. Pero, se necesita ser escuchado, entendido, y que las aflicciones sean superadas.
Haz un repaso de las cosas que sí se dieron bien
El principal problema de la depresión post navideña es que se comienza a pensar en todas las cosas que en el año pasado salieron mal. Y las recriminaciones, a cada momento, dan por sentado que fue un año catastrófico, que las cosas buenas que nos sucedieron no fueron merecidas, y un manojo de versiones que no hacen más que acrecentar la depresión.
Por eso, solventar el conflicto emocional puede depender exclusivamente de un cambio de perspectiva. De comenzar a mirar el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío. Hacer un resumen de las cosas que sí salieron bien durante el año es lo ideal. Porque, así como hubo errores y eventos que se desencadenaron en contra, también hubo momentos por los cuáles sentirse alegre y satisfecho.
Traer estos eventos al pensamiento, y hacer una lista de ellos, hará sentirse mejor. De seguro.
La planificación de propósitos para este año
Año nuevo, objetivos nuevos. Se renuevan algunos objetivos de año pasado que no se pudieron concretar. Cuando se desmenuza el año que viene, y notamos que son sólo 53 semanas como promedio, se puede notar que los objetivos deben estar en consonancia con las posibilidades reales de realizarlos.
Así se evita, al año siguiente, estar en la misma ingrata situación de tristeza y de aflicción. Los objetivos, además, deben tener como punto más importante a la salud. Ya que es la piedra angular para conseguir todo. Y, conseguir objetivos a costa de perder calidad de vida y salud, provocan una depresión post navideña igual que no haber concretado ningún gran logro.