2681 | hipocresias2016 - 08/10/2016 @ 12:15:36 (GMT+1)
¡Cuánta hipocresía por parte de la Dirección del Colegio Maravillas!
Estos hechos vienen de muy atrás. Desde hace años se tenía conocimiento en el Maravillas y en la institución La Salle del comportamiento vil y mezquino del Hno. Pedro. Algunos directores, jefes de estudio, familias y profesores eran conocedores, directa o indirectamente, de los movimientos de este individuo Unos y otros tendrán que reflexionar, con leal y proactiva autocrítica, sobre su papel en este drama. Por todos los rincones se oían rumores, se comentaban detalles, incluso se frivolizaba con los motes que los alumnos ponían al religioso. ¿Por qué nadie movió un dedo para denunciar, investigar, evitar esta situación? No se puede levantar falso testimonio contra nadie, pero sí obrar con responsabilidad cuando las víctimas son nuestros menores, ¡ahí no valen paños calientes ni silencios hipócritas!
Tras las excursiones a Valencia, tras los campamentos de verano, tras diversos encuentros informales, raro era no escuchar algún cotilleo sobre el Hno. Pedro. ¿Casualidad, campaña de desprestigio, coincidencia?
Ahora todos enunciarán eso de ¡Ya te lo dije!, Ahora entiendo lo que me comentó, ¡Te acuerdas aquel día?, sí, sí, ¡qué listísimos somos todos a toro pasado, qué éticos queremos parecer! Y mientras suceden los hechos nos limitamos a silbar y a mirar a los pajaritos.
Por diversos motivos unos y otros han hecho dejación de su responsabilidad: la institución La Salle porque se ha dejado llevar por la dinámica habitual de la iglesia de negar, proteger, esconder y minimizar daños. Las familias porque mientras no les toque a nuestros hijos Algunos profesores porque podía estar en juego sus puestos de trabajo y no tuvieron coraje para decir basta.
Demasiado recientes están los ecos de la magnífica película Spotlight(que narra los abusos sexuales que cometieron cientos de religiosos en EEUU)como para no entender el modo erróneo en que reaccionó La Salle en este asunto: cuando hace meses se anunció que el Hno. Pedro se marchaba a USA a estudiar, quedó nítido que se trataba de una maniobra desesperada por parte de la institución porque el escándalo estaba a punto de estallar; ¿intuición de malpensados, delirios dementes paranoicas? La actualidad ha demostrado que no se trataba de viajar a USA para estudiar sino para esconder la basura debajo de la alfombra.
La Salle tiene una trayectoria luminosa no solo en este país sino en otros muchos; en todos los ámbitos en los que se mueve la institución debemos quitarnos el sombrero ante los cientos de religiosos y profesoras y profesores que amorosa y profesionalmente realizan una labor ejemplar de formación y educación de las generaciones más jóvenes; ninguno de ellos se conforma con enseñar su materia, tratan de formar personas con valores, con ideales, con empatía, con compromiso social. Ninguno de ellos ni religiosos, ni docentes, ni estudiantes- merece que ahora echemos sobre su labor una cortina de censura injustamente generalizadora. Les pido a ellos que levanten su voz contra el Hno. Pedro y contra aquellos que ocultaron su inhumana conducta.
Ojalá este drama sirva para que de una vez por toda asumamos, como individuos y como sociedad, nuestra responsabilidad para con nuestros menores; si ellos no tienen en nosotros una garantía absoluta de ejemplaridad, acogida y respeto, ¿cómo podrán sentirse seguros?, ¿qué tipo de comunidad estamos creando?