El Ayuntamiento de Madrid ha presentado una propuesta de movilidad a la Comunidad de Madrid y el Consorcio Regional de Transportes de Madrid para que se aborde de forma distinta la obra de rehabilitación de la Línea 1 de Metro desde mayo hasta septiembre. El Consistorio propone que los trabajos se realicen por tramos en tres años porque, de otra forma, el transporte de la ciudad corre el riesgo de colapsarse.
La concejala de Medio Ambiente,
Inés Sabanés, y el gerente de la Empresa Municipal de Transportes,
Álvaro Fernández, comparecieron para explicar cuál es la perspectiva sobre las
inminentes obras en el ferrocarril metropolitano que anunció la semana pasada de madrugada la presidenta regional,
Cristina Cifuentes.
Según Fernández,
de los 220.000 viajes que usan la línea diariamente, unos 100.000 se quedarían sin alternativas de transporte con este servicio sustitutorio durante las obras. En concreto,
en hora punta, la línea 1 transporta 13.000 viajeros, cuando un servicio de autobús alternativo absorbería un máximo 1.700 pasajeros. Las obras, que considera fruto de la improvisación, también generarían un
incremento del tráfico rodado en hasta 100.000 viajes en días lectivos y atascos en Vallecas y Tetuán, añadió el gerente. El responsable de la EMT continuó, explicando que
no se han previsto ubicaciones ni mobiliario adecuado de paradas, reservas de aparcamiento para el acercamiento de autocares, ni se han planificado zonas para la regulación de las cabeceras de la línea. Además, han puesto de manifiesto que en el contrato emitido por la Comunidad de Madrid, en el que no se ha contado con el Consistorio, se pretende
pagar un ratio de 2,36 euros por kilómetro, cuando la media de coste de servicio para el autobús interurbano privado en España está en 5,6 euros (medio euro más que el coste medio de EMT) y no se contempla en dicho documento que los autobuses sean clase I, para que cumplan criterios óptimos de accesibilidad y respeto al medio ambiente. Por eso, anunció que
la EMT no se presentará a ningún concurso y que, si lo prestase, se realizaría al coste de tarifa de equilibrio más precios extraordinarios ante "esfuerzos extraordinarios".
Sabanés abogó por establecer un diálogo suficiente con Metro de Madrid, la Comunidad de Madrid y el Consorcio Regional de Transportes de Madrid para
dar alternativas integrales de transporte en una situación excepcional de movilidad como esta, que afectará, al menos, a 350.000 personas. Anunció que exigirá al Consorcio que priorice la seguridad, accesibilidad y comodidad para los madrileños durante los trabajo, en cumplimiento de la Ley de Ordenación y Coordinación de los Transportes Urbanos de la Comunidad de Madrid.
La edil propuso
una alternativa al plan de Metro, basado en informes técnicos de la EMT, con el objetivo de apostar por la intermodalidad, concentrando los recursos en acercar de la forma más eficientemente posible al sistema de transporte público de alta capacidad de la ciudad: cercanías y el resto de la red de Metro no afectada. En primer lugar, concretó la actuación en la línea por tramos, evitando así el corte total de la línea.
El Consistorio propone así obras anuales durante tres meses o tres meses y medio hasta 2018. En 2016, se acometería, según su propuesta, una intervención entre las estaciones de Atocha Renfe y Tribunal; en 2017, entre Tribunal y Plaza de Castilla; y en 2018, entre Atocha Renfe y Sierra de Guadalupe. Si se realizase la oferta municipal, habida cuenta que
la línea continua de autobús planteada por Metro tardaría dos horas y cuarto en realizar el recorrrido, planteó la
creación de dos líneas que absorberían a los viajeros en las zonas con menores alternativas de movilidad (Sierra de Guadalupe- Atocha y Chamartín- Cuatro Caminos).
En una reciente entrevista con
Madridiario, el consejero delegado de Metro,
Juan Bravo, explicó que,
si la obra de la línea 1 se hace por tramos, se tardaría doce años en realizar.