Triste historia de Carnaval

El Carnaval de 2016 va a ser inolvidable, y no por lo que todos quisiéramos que lo fuera, sino porque el esperpento ha ido más allá de lo que debería ser la farándula carnavalesca.

Mi intuición me indicaba que con el gobierno de Ahora Madrid, las grandes fiestas o celebraciones populares, no iban a ser igual. Y no lo están siendo. Bajo la dirección estelar de la concejala de Cultura, la Cabalgata de Reyes fue una mezcla de circo de baratillo, cultureta cutre y desmotivación navideña. Y el Carnaval no iba a ser menos. El lamentable, bochornoso e intolerable espectáculo para niños pequeños que se vivió el pasado viernes en una plaza de Tetuán, nos dejó todo lo peor de lo más deleznable. Primero, sobre el teatro de títeres, unas marionetas, guiñoles o muñecos asesinos, poniendo como telón una pancarta de Gora ETA. Protestas de los padres que asistían horrorizados al despreciable espectáculo que presenciaban sus hijos; llamada de éstos a la policía, que se persona y se lleva detenidos a dos titiriteros que estaban perpetrando tamaña barbaridad, que son puestos a disposición policial y enviados a la cárcel por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo.

Este episodio carnavalesco nos deja también a un gobierno municipal quitándose la responsabilidad de encima y echándosela a los organizadores y a los autores del espectáculo. Una oposición que denuncia el hecho públicamente y en los juzgados, y que pide la dimisión o cese de la concejala de Cultura, como responsable política de esta vergüenza. Pero ni se va, ni Manuela Carmena la echa. El PP la denuncia ante los tribunales, y el PSOE ni siquiera advierte que dejará de prestarle al gobierno de Ahora Madrid, el imprescindible apoyo que le está prestando, sino se va la concejala.

El Carnaval 2016 ya tiene historia, triste y lamentable historia. Y para que no olvidáramos que, pese a todo, la farsa carnavalesca continuaba, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se presentó en la Gala de los Goya, no en camisa, como suele hacer cuando visita al Rey, sino disfrazado con smoking.