De Magas, colillas y huida de inversores
jueves 21 de enero de 2016, 17:50h
Estas Navidades hemos disfrutado de Reinas Magas en vez de Reyes Magos, de Carnaval en vez de Cabalgatas, de DJ en vez de Villancicos. Y si de disfraces se trata, podemos decir que a la Alcaldesa se le ha caído la careta y ha mostrado el peor de los sectarismos: Ha prohibido a niños participar en la Cabalgata de Reyes de su barrio por estudiar en un colegio religioso, y ha retirado del espacio público los belenes, en la laica consideración de que la religión debe estar recluida tan solo en el ámbito privado.
Mientras todo esto ocurría, como símbolo de la nueva era podemita, la imagen de Madrid era cada vez peor. La suciedad que inunda las calles de nuestra ciudad es la representación más palmaria del desgobierno de nuestra ciudad. Se trata, una vez más, de una promesa incumplida. Con la aparición de Ahora Madrid, aparentemente en nuestra ciudad, se cambiaban los ERTEs de las empresas de limpieza y los macrocontratos, por la remunicipalización del servicio. Pues nada de nada. Hoy Madrid está más sucia que nunca y causa bochorno la imagen que de nuestra ciudad se llevan los miles de visitantes que durante las fiestas navideñas nos han visitado.
Mirar por el espejo retrovisor y culpar de los desaciertos de un gobierno al anterior tiene un recorrido muy corto. Porque hace ya 7 meses que Carmena y su equipo desembarcaron en Cibeles. Un tiempo suficiente para tomar medidas y resolver un problema sobre el que tiene competencia exclusiva, recursos y posibilidades.
Son muchos los que apuntan que esa inoperancia, la de modelo de ciudad, esa extraña obsesión por querer poner el sello personal a todo lo que se gestiona, pueden estar detrás de la salida apresurada del edifico España del grupo Wanda, la empresa del hombre más rico de China…
Me gustaría saber en que han quedado las ocurrencias de la alcaldesa para que Madrid esté más limpia: que lo niños recojan colillas, los universitarios barran las calles o los niños saquen tarjeta roja a los padres incívicos. Este asunto requiere poca imaginación: hacer que los contratos se cumplan. Ahora, después de 7 meses, parece que han decidido hacerlo.
Y no solo se trata de un problema de suciedad o de salubridad, sino también de sentirse orgulloso de habitar una ciudad como Madrid.
Borja Carabante.
Concejal del Grupo Municipal Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid.
Concejal del PP en el Ayuntamiento de Madrid
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