Los cofrades de la Real e Ilustre hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Madrid celebran hoy su fiesta, su romería por el centro de la Capital. Una celebración ya sin ningún tipo de limitaciones, por lo que han sido cientos los romeros y simpatizantes que han comenzado la jornada en la calle de Embajadores.
Esta hermandad tiene su sede en la parroquia de San Millán y San Cayetano desde 1970. La antigüedad de la misma es mayor, ya que se remonta a 1958 cuando un grupo de onubenses residentes en Madrid se constituyeron en peña rociera. El 11 de octubre de 1960, el obispo de Madrid-Alcalá, Dr. De La Higuera, firmaba el Decreto de Constitución Canónica de la Hermandad, que hacía la número 33 de las filiales de la Hermandad Matriz de Nuestra Señora Del Rocío de Almonte, siendo la primera Hermandad que se constituyó fuera de Andalucía. La capilla propia en el templo madrileño fue reconstruida en 1980, adornada con copias del Museo del Prado y donde luce todo el año la imagen del Rocío, la Blanca Paloma.
La romería del Rocío en Almonte se celebra el fin de semana del Domingo de Pentecostés. Este año será del 26 al 29 de mayo. Las hermandades lejanas se anticipan, como la madrileña, y hacen su particular romería, en este caso con destino a la Casa de Campo.
San Cayetano es el punto de concentración y donde se oficia la misa rociera. A su término, se procede a sacar a la calle la carreta, ricamente labrada, que porta el Simpecado durante todo el recorrido. Una yunta de dos bueyes tira de la misma. Resulta complicada la salida de la calle Embajadores por su estrechez y la aglomeración de fieles. Unas apreturas que se mantienen hasta la calle de Toledo. Allí se produce una emotiva parada para el saludo, ante el pórtico de San Isidro, de las dos imágenes: la de la catedral y la que desfila en procesión. Momento religioso y festivo, pues las agrupaciones musicales que participan aprovechan para homenajear a la Virgen. Después empieza el camino cuesta abajo hasta llegar al destino tras cruzar bajo el viaducto y el puente de Segovia. La entrada a la Casa de Campo, donde los romeros pasan el resto de la jornada festiva, se produce por la Puerta del Ángel. Los peregrinos madrileños saldrán, tras pasar la noche, hacia la Aldea del Rocío para unirse al resto de las hermandades de España.
Este año la congestión ha sido total a la altura de Puerta Cerrada pues han coincidido los rocieros y la comparsa de gigantes y cabezudos, que también recorría el Madrid de los Austrias dentro del programa de las fiestas de San Isidro. Todo el barrio ha vivido la fusión de majos, chulapos y manolas, con los rocieros de traje corto y las rocieras de volantes. Una colorista hermandad.