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Benito Pérez Galdós.
Benito Pérez Galdós.

Y Pérez Galdós se quedó sin teatro

martes 11 de agosto de 2020, 13:58h

En el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós su teatro está siendo prácticamente ignorado. Se ha programado algún montaje sobre sus obras, Galdós en el Español, y el director Manuel Canseco intenta sacar adelante una producción privada de Realidad, la primera obra que estrenó el escritor en 1897. Llegó a estrenar poco más de veinte comedias, entre ellas La de San Quintín, La loca de la casa, Doña Perfecta, El abuelo, Casandra o Santa Juana de Castilla, la última en 1918. Especialmente significativo fue el estreno de su Electra en el Español, el 30 de enero de 1901. Recién iniciado el siglo, conmocionó a la sociedad y escandalizó al sector más puritano. Pero casi toda la prensa y la intelectualidad aplaudieron la obra.

Algunas de sus novelas, como Marianela, fueron adaptadas para el teatro, en este caso por los hermanos Álvarez Quintero. Después seguirían Fortunata y Jacinta, Misericordia o Miau. Los argumentos de sus obras también han sido llevados al cine con alguna frecuencia, la última -El abuelo- en 1998.

Galdós llegó incluso a ser director del teatro Español de Madrid entre abril de 1912 y julio de 1913, siendo empresario del mismo el doctor Madrazo. De su corta etapa solo se recuerda la polémica con Valle Inclán por el estreno, frustrado, de El embrujado. Parece que Valle quería que su esposa, la actriz Josefina Blanco, fuera la protagonista, a lo que se opuso la entonces primera actriz de la compañía, Matilde Moreno. Y ganó esta última. El embrujado no se estrenaría hasta 1931 en el teatro Muñoz Seca.

La ciudad natal de don Benito, Las Palmas de Gran Canaria, renombró su teatro histórico para homenajear a su paisano.

Menos conocido es que también tuvo en Madrid un teatro con su nombre finalizada la década los treinta del siglo pasado. Claro que no tuvo mucha suerte, ni fue bien acogido por el público.

El madrileño teatro Pérez Galdós se abrió en la Casa del Pueblo que existió en un palacete entre las calles Piamonte y Gravina. En 1908 se había convertido en la principal sede sindical, la Casa del Pueblo, y, en años posteriores, se fue reformando y dotando de un amplio salón, que acabaría siendo el cine Gravina. La compañía de los actores Luis Torner y Laura Bové apostó por convertirlo en teatro a principio de 1929. Claro que, primero, quisieron que se llamara María Guerrero, pero ya existía el compromiso de dar ese nombre al viejo teatro de la Princesa, vecino de la Casa del Pueblo. Así que, por descarte, decidieron llamarlo Teatro Pérez Galdós. Se entraba por el número 15 de la calle Gravina. La inauguración se produjo el 11 de enero de 1929 con la citada adaptación de Marianela. Fue poco más que debut y despedida. Casi inmediatamente volvió al cine. En los dos años siguientes tuvo algunos intentos de rescatar el teatro, saldados siempre con el fracaso. Como el estreno de El oro del ring, función en la que intervenían dos púgiles profesionales y de la que se hicieron tres o cuatro representaciones.

El edificio fue incautado a la UGT en 1939 y, finalmente, demolido en 1953 para construir en su lugar una fea manzana de viviendas. Y así don Benito, se quedó sin su teatro en Madrid.

En esta manzana estuvo la Casa del Pueblo y el teatro Pérez Galdós

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