Se da ya por hecho y se comenta por todos los comercios, parques, tabernas y todos los rincones del Reino, que el presidente del Gobierno es un “hombre blandengue”. Su obsesión por perpetuarse en el poder le hace acceder a los chantajes y exigencias de sus socios, partidos políticos que quieren acabar con nuestro sistema democrático o independizarse perjudicando a los intereses generales de la mayoría. Unos días dice A y al día siguiente suele decir B, sin ningún otro argumento convincente para sus administrados.
La triste y penosa realidad es que él es un gobernante débil, lleno de prejuicios e inseguridades, que ha cogido terror a hablar con sus ciudadanos y con los periodistas independientes y que prefiere llegar antes a pactos o acuerdos con grupos minoritarios que con el partido mayoritario que ejerce la oposición. En resumen, está más pendiente del pasado que del presente y del futuro de su nación.
Aquel presidente se pasa más tiempo volando en un avión, modelo Falcon, que con los pies en “la tierra” resolviendo y arreglando los importantes problemas de sus compatriotas que, con mucha asiduidad, provocan los miembros de su Gobierno.
También las gentes dan, por cierto, y ya nadie lo duda, que en el centro del Reino lleva unos años gobernando aquella región una mujer valiente que se crece ante las adversidades y, como la ilustre Manuela de Malasaña, defiende sus principios con gran tesón y no da una batalla por perdida.
Se rodeó de un gran equipo de fieles escuderos y, teniendo como único objetivo la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos y como única bandera la libertad, se dispuso a la “batalla ideológica” para demostrar que su país, el Estado de Derecho y sus gentes, lo eran todo para ella y la única finalidad de su camino.
Por donde quiera que vaya, levanta cariño, admiración y respeto.
Y cada día que pasa muchas más personas se sienten felices y orgullosos de vivir en esa región, donde no tienen ningún impuesto propio y disponen la menor presión fiscal del citado reino. Es en esa región donde los hijos no tributan por heredar aquello que le dejaron con amor sus padres, tras una vida de trabajo y sacrificio. Una región donde se encuentran los mejores hospitales del mundo, porque se gestiona de forma audaz y eficiente, y a sus médicos no se les pregunta en qué lengua hablan. Un lugar donde se apoya a los emprendedores y a los autónomos, donde se respeta la propiedad privada, a los maestros y toda su labor docente. Un lugar donde se recibe con cordialidad y cariño a todos aquellos que vienen de fuera a cumplir su sueño y a aportar a la comunidad y donde se escucha y se gobierna para todos.
Esta mujer valiente, dispone de un buen equipo que, junto a su líder, un hombre sensato, templado y sabio y que procede del norte, tienen un compromiso real por sus ciudadanos.
Dicen los mayores de nuestro reino, “…que el tiempo pone a cada uno en su lugar…”, pero por desgracia, las decisiones políticas erróneas arrastran consecuencias negativas.
Los electores pronto podrán elegir, si prefieren las políticas de aquel hombre débil y blandengue, llenas de chantajes y prejuicios ideológicos o las políticas que abandera aquella mujer valiente y de sus compañeros que bajo la bandera del amor a su país y de la libertad, traen un profundo sentido común, una gran responsabilidad y bienestar para todos.