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La Educación como motor de cambio y transformación social

viernes 22 de enero de 2021, 11:05h

Los años 2020 y 2021 han quedado marcados para siempre por la pandemia de la COVID-19, y en algunas regiones españolas, por la borrasca Filomena. Yo creo que si tienen algo en común estos dos hechos es que nos han enseñado a valorar mucho más esas cosas que disfrutamos día a día y a las que en circunstancias normales apenas les prestaríamos atención.

En mi opinión, la mayoría de nosotros, cuando todo va bien, dejamos de sentirnos agradecidos por lo más necesario e importante, como los alimentos, la protección del hogar o la buena compañía.

Pero, sin duda, una de las facetas de la cotidianeidad de muchas personas que más ha sufrido desde que llegó la pandemia ha sido el acceso a la educación. Ir a la escuela era parte de la rutina diaria de millones de niños y niñas en todo el mundo hasta que el coronavirus acabó con esa rutina durante semanas, incluso meses.

El virus les dificultó su derecho a la educación: tanto a aquellos que la valoran y agradecen cada día, como a los que lamentablemente han olvidado que gozan de algo de lo que las personas más vulnerables se ven privadas fácilmente.

Un derecho que, en los entornos en los que está más que garantizado, le ocurre como al agua o los alimentos: dejamos de apreciarlo. Parafraseando a Jacques Delors y su informe a la UNESCO en el año 1996, se nos olvida que la educación encierra un tesoro. Para que no nos olvidemos de ello, el 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación.

Con ello, la UNESCO pretende llamar la atención sobre su trascendencia y su valor, para que todo el mundo recuerde el privilegio que supone acceder a una educación de calidad. Y para que los Gobiernos sigan apostando fuerte por ella. Así, el tema de este año es “Recuperar y revitalizar la educación para la generación de la COVID-19”.

Hace un año, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, afirmaba que “la educación es la piedra angular de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que nos hemos fijado para 2030: si fracasamos en la educación, todo el edificio del desarrollo está condenado al fracaso”.

Y añadía que “la educación debe replantearse para dar a las generaciones futuras herramientas que les permitan comprender mejor los grandes temas, como la revolución digital o la emergencia ambiental”. La declaración casi resultó premonitoria.

Con todo lo ocurrido, es fundamental transformar la educación usando lo digital como medio para cumplir precisamente con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 4 de la Agenda 2030: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.

También declaró la Sra. Azoulay que “para hacer frente a los desafíos del mañana, además de una inversión masiva, es necesario revisar el sistema educativo”. De hecho, el evento internacional de la celebración de este día el próximo 25 de enero recoge el testigo de dichas declaraciones y estará así centrado en tres aspectos principales: héroes del aprendizaje; innovaciones y financiación.

Creo que la UNESCO con estos tres temas y en ese orden concreto destaca, en primer lugar, la importancia de las personas como agentes del cambio del paradigma educativo, y después sitúa los procesos, medios o herramientas que puedan propiciar la innovación. Y coloca al dinero en último lugar.

Revisar el sistema educativo pasa efectivamente por innovar, y el sentido de la innovación educativa, tal y como yo lo veo, no es otro que el de alcanzar esa educación inclusiva, equitativa y de calidad que marca la Agenda 2030. Evidentemente, la financiación, mediante inversiones masivas como decía la directora, es también clave, aunque por sí sola, no es garantía de éxito.

Pero, de lo que no me queda ninguna duda, es de que son las personas que forman parte de la comunidad educativa, con los docentes a la cabeza, los primeros que deben liderar la revisión del sistema. Son también, al fin y al cabo, las personas más jóvenes, quienes dotan de sentido a la educación: niños, niñas, adolescentes que se merecen un futuro mejor.

Necesitamos personas, héroes del aprendizaje, que no se acomoden, que no sientan miedo al cambio, que sepan aprovechar el potencial de la educación para transformar la sociedad y que recuerden cada día que la educación es un privilegio. La educación no puede fracasar, porque si fracasamos, la democracia, la igualdad y la sostenibilidad se vendrían abajo. Evitarlo solo depende de nosotros.

Eva Bailén

Profesora y número 14 de la candidatura de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid

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