www.madridiario.es
Municipio de La Cabrera con el cerro San Pedro al fondo y la A-1 a la izquierda
Municipio de La Cabrera con el cerro San Pedro al fondo y la A-1 a la izquierda (Foto: Álex Red Terrae)

De Erasmus al pueblo: revitalizar zonas rurales gracias a universitarios

Por Alba Cabañero Aina
sábado 06 de agosto de 2022, 17:46h

En los últimos años, el término ‘España vaciada’ ha cobrado gran importancia. Representantes de las provincias y áreas rurales despobladas del país han salido en numerosas ocasiones a la calle para reivindicar medidas que fomenten el fin del éxodo a las grandes ciudades y la llegada de personas que traigan consigo una revitalización de estos lugares.

Para conseguirlo, el Gobierno ha dado un primer paso desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico impulsando a través de las universidades públicas la primera edición del Campus Rural.

Alumnos de toda España se encuentran este verano realizando las prácticas de su carrera en diferentes localidades de menos 5.000 habitantes con el objetivo de, señalan desde el MITECO, “acercar talento a los pueblos en situación de vulnerabilidad territorial, dinamizando su tejido productivo social e institucional, visibilizando las oportunidades socioeconómicas del medio rural, contribuyendo a fijar nueva población y favoreciendo el requilibrio territorial”.

“Gracias a esta iniciativa, los universitarios tendrán la oportunidad de protagonizar una verdadera inmersión en el lugar de destino; una experiencia laboral, pero también vital. Para ello, cada estudiante deberá residir en el municipio donde realice las prácticas, que a su vez se localizará prioritariamente en una comunidad autónoma distinta a aquella en la que cursa sus estudios oficiales y/o a la de su empadronamiento”, destacan.

¿Las características de este programa?: los alumnos podrán realizar sus prácticas en el destino durante un mínimo de tres meses, prorrogables a cinco entre el 1 de mayo y el 30 de diciembre de 2022, con la obligación de residir allí o a 20 kilómetros del lugar. Sus prácticas son remuneradas con 1.000 euros brutos al mes y la cobertura de gastos derivados de la Seguridad Social.

“Atacar la despoblación”

36 de las 50 universidades públicas del país se han sumado al Campus Rural, entre las que se encuentran también las madrileñas. La iniciativa, que nació gracias a otras universidades como la de Zaragoza o la Universidad de Castilla-La Mancha ha llegado este 2022 a la región, con alumnos de centros madrileños y empresas, entidades y administraciones de la Comunidad interesadas en participar.

Una de estas alumnas es Ángela. Estudiante del Doble Grado en Magisterio de Educación Infantil y Primaria en la Universidad Autónoma de Madrid y, próximamente, de un Máster en la misma universidad, vio una oportunidad en Navalafuente para poder trabajar en la zona en la que ya vive.

“Vivo en Gascones desde hace 10 años. Los requisitos eran o bien estar empadronado en el pueblo donde haces las prácticas o como máximo a 20 kilómetros del pueblo, entonces, como ya vivo en la Sierra, me venía bien por eso, porque si no, no puedes. Y aparte, en esta zona es muy difícil encontrar trabajo; tienes que estar yendo a Madrid para todo. Es una oportunidad de empezar a trabajar por esta zona”, apunta a Madridiario.

Ángela recibió un correo de la universidad con la convocatoria de estas becas y no lo pensó: se apuntó y desde el 1 de julio trabaja en la Casa de la Juventud de Navalafuente.

Casa de la Juventud de Navalafuente (Foto: Ayuntamiento de Navalafuente)

Abro por las tardes y los sábados todo el día para atender a los chavales de entre 12 y 20 años. La Casa de la Juventud tiene futbolín, mesa de ping pong, play station, ordenadores… Prácticamente lo que hago es abrir y poner a su disposición todo lo que necesitan. De vez en cuando hago algún taller con ellos –pulseras, chapas, torneos, prevención de consumo de drogas– y de cara a las fiestas del pueblo, lo mismo: organizar torneos y cosas para los chavales”, explica.

Me está gustando mucho. Al echar la solicitud de la beca no te decía qué puesto ibas a ocupar, y pensaba que me meterían en las casitas de niños, que esa sí que es una cosa en la que me gustaría trabajar. Me han metido en la Casa de la Juventud, que no es el rango de edad que yo he manejado en la carrera, porque he estudiado para atender a niños de entre 0-12 años y justo aquí los que vienen son mayores de 12, pero es otra experiencia más”, indica.

De no ser porque el próximo año seguirá estudiando, Ángela abogaría por seguir trabajando en esta zona, y valora positivamente esta primera convocatoria del Campus Rural: “Cuando lo vi me pareció genial. Siempre en la universidad sacan un montón de cosas y nunca hay nada en zonas rurales. Es la primera vez que se saca algo dirigido específicamente al ámbito rural, que es súper necesario”.

Reivindica también la necesidad de atender más a esta ‘España vaciada’ que tan cerca queda de grandes núcleos urbanos como Madrid, pero a la que se tiene abandonada: “Siempre te ves obligado u obligada a ir a Madrid para todo. Nunca se fomenta nada en nuestra zona, ni siquiera el transporte. Estamos súper aislados, porque la otra zona de la Sierra, la de la zona de la carretera de La Coruña, está bastante más dotada, pero es que la zona de la carretera de Burgos es como si no existiéramos”.

Agradece al Consistorio de Navalafuente que se prestase a esta iniciativa y anima a más Ayuntamientos a moverse y animarse a participar: “El Ayuntamiento de Navalafuente se mueve muchísimo y se ve que tienen un buen equipo que revisa todas las oportunidades que pueda haber para el pueblo. No solo es que te ofrezcan cosas, también los pueblos tienen que estar atentos a poder implementar todo lo que hay, porque el Ayuntamiento de mi pueblo también lo podría haber echado y no lo han hecho”.

Taller de Mountain Bike de la Casa de la Juventud de Navalafuente (Foto: Ayuntamiento de Navalafuente)

Alejandro, estudiante también de la Autónoma, se encuentra realizando sus prácticas en Redueña, gestionando el ‘Banco de Tierras’ de Red Terrae.

“Al haber realizado la carrera de Derecho y Ciencias Políticas tengo un trabajo más administrativo en relación con una herramienta, que es el Banco de Tierras, que facilita la oferta de parcelas infrautilizadas para darles un uso agroecológico; tratar efectivamente de que llegue gente a los pueblos y que puedan satisfacerse a sí mismos con sus tierras desde una perspectiva ecológica. También es una tarea que se basa en conectar a esa gente que conoce la tierra con los nuevos demandantes de una nueva forma de vida y yo hago de intermediario”, relata.

La conexión de Alejandro a través de su familia con la ‘España rural’ fue lo que le llamó la atención para apuntarse al Campus Rural: “(Me llamó la atención) esa condición que establecían de asentarse en el centro rural y el compromiso del programa de activación local, de atacar a esa despoblación. Y, a pesar de que implica un desplazamiento, las condiciones económicas de la beca eran muy positivas”.

Él es uno de los cuatro alumnos de la Autónoma que eligieron las prácticas de Red Terrae, asociación que dedica sus esfuerzos a la revitalización de los pueblos pequeños a través de la estrategia de ruralidad agroecológica.

Siempre te ves obligado u obligada a ir a Madrid para todo

“Estoy compartiendo junto con la Red Terrae y otros tres compañeros que han estudiado cosas completamente distintas, así que hemos tenido que adaptar un poco las prácticas a lo que he estudiado. No estoy quizá encargándome de tareas puramente jurídicas, pero por ejemplo sí estoy en constante contacto con el catastro, con términos jurídicos de cesión, arrendamiento, ciertos contratos… Creo que hay cierta conexión. Quizá otros compañeros que habían estudiado Geografía, Ambientales se han metido más en el papel. Yo estoy un poco de intermediario y de colaborador de la Administración”, comenta.

Después de vivir esta experiencia, Alejandro deja una puerta abierta a enfocar su vida al mundo rural: “Lo dejo como una opción. Residir es una experiencia que yo ya había vivido y no me importaría asentarme en un entorno rural. Otra cosa es trabajar en la Administración Local que, bueno, siempre es una posibilidad”.

También se encuentra en Madrid haciendo su ‘Erasmus rural’ de la mano de Red Terrae Álex, estudiante de Ciencias Ambientales de la Autónoma que comenzará en septiembre su quinto año.

Al igual que Ángela y Alejandro, Álex se encuentra familiarizado con la vida en el campo tras vivir desde los siete años en Guadalix de la Sierra: “Nunca me han gustado las aglomeraciones típicas de la ciudad y dentro de lo que cabe, la conexión del pueblo con Madrid no es mala. Es cierto que a veces pueden echarse en falta ciertos servicios, sobre todo los relacionados con el ocio, pero creo que la tranquilidad o un clima más suave –en el caso de Guadalix– compensa esos contras”.

Sus prácticas en La Cabrera se enfocan en la ‘dinamización agroecológica’: “Son un conjunto de iniciativas que promuevan el desarrollo del territorio de forma sostenible protegiendo el medio ambiente y recuperando prácticas tradicionales que hayan podido perderse con la modernización de la sociedad”.

Proyectos como un hotel de insectos o una espiral aromática (Foto: Álex Red Terrae)

“Mi trabajo consiste en realizar un primer análisis del medio natural del territorio, en especial aquello que tenga que ver con prácticas agrícolas –litología, edafología, clima, hábitats, montes…– así como la práctica agrícola actual y la histórica a fin de poder identificar mejor el potencial uso de los terrenos a valorar. Esa valoración es el siguiente paso del programa donde, en colaboración con el Ayuntamiento, he identificado tierras que podrían estar en desuso y posteriormente las he valorado in situ. Una vez he recopilado toda esa información he realizado un inventario de las tierras que pueden tener potencial para entrar en el Banco de Tierras y poder así ofertarlas”, define.

Se muestra contento con sus prácticas y el espíritu de la asociación, además de que puede aplicar en su trabajo los conocimientos adquiridos en su carrera. Sobre continuar su vida en el pueblo, Álex lo tiene claro: “Siempre he tenido esa expectativa desde que decidí estudiar la carrera. Creo que la calidad de vida es mejor cerca de la naturaleza. Entiendo que es difícil renunciar a los servicios que ofrece una gran ciudad como Madrid, en mi caso me resulta más fácil por haber vivido siempre en núcleos urbanos más pequeños, pero creo que mucha gente estaría dispuesta a alejarse de las ciudades siempre y cuando se le presenten buenas oportunidades de empleo, que al final es el pilar básico de un proyecto de vida”.

Revitalizar los pueblos a través de oportunidades laborales

Acompañando a estos alumnos se encuentran el Ayuntamiento de Navalafuente y la Asociación Red Terrae. Ambas instituciones llegaron al Campus Rural de la mano de la Universidad Autónoma y su balance es tan positivo que el año que viene buscarán repetir.

Nos pareció una propuesta que podía encajar muy bien en el municipio; desde el Ayuntamiento estamos impulsando diferentes áreas como la promoción y empleo juvenil en el ámbito rural y creemos que este programa no solo resulta un apoyo a pequeños municipios, sino la oportunidad de que alumnos en etapa universitaria se formen para su inserción en el mundo laboral”, apostilla Natalia Rojas, concejala de Medio Ambiente y Juventud de Navalafuente.

Exterior de la Casa de la Juventud de Navalafuente (Foto: Ayuntamiento de Navalafuente)

“Como además es una beca destinada a jóvenes en municipios menores de 5.000 habitantes, nosotros llevamos mucho tiempo trabajando en la estrategia de ruralidad agroecológica, que es un poco fomentar que la gente conozca cómo se vive en los pueblos pequeños y nos pareció que encajaba perfectamente”, añade Manuel Redondo, responsable de comunicación y dinamización de Red Terrae.

Tanto Rojas como Redondo coinciden en lo beneficioso de atraer gente joven a las zonas más despobladas, consiguiendo así dos objetivos a la par: la inserción laboral de los egresados universitarios y dar vida a los entornos rurales.

Una realidad diferente a la que se pueda encontrar en una ciudad

“El programa repercute de manera positiva en dos aspectos: resulta un apoyo a la población local y a su actividad diaria, donde en este caso los jóvenes de Navalafuente necesitan actividades de ocio saludables, formación o asesoría, y qué mejor manera que en su propio municipio; y por otro lado, la alumna puede integrar sus conocimientos teóricos y llevarlos a la práctica en el ámbito rural, que al fin y al cabo será una realidad diferente a la que se pueda encontrar en una ciudad”, cuenta la concejala.

Pero para ello, defienden que deben implementarse más medidas: “Fundamentalmente, es muy importante primero que haya conexión. Creo que el teletrabajo permitiría a muchas profesiones poder vivir en pueblos pequeños y tener una combinación entre su capacidad profesional y algún tipo de aprovechamiento agropecuario. Por otro lado, también, creo que la calidad de vida es bastante mayor. Creo que es interesante quitar los mitos del mundo rural pasado. Es verdad que hay zonas muy deprimidas, pero que esto sea una nueva oportunidad de que venga gente cualificada a los municipios pequeños”, hace hincapié Redondo.

La plantación de arbustos frutales o el huerto urbano de La Cabrera son algunas de las iniciativas impulsadas por Red Terrae (Foto: Álex Red Terrae)

“Hay muchas ideas e iniciativas de autoempleo y emprendimiento en estos pequeños municipios, pero en muchas ocasiones hay falta de ayudas económicas para llevarlas a cabo, o hace falta asesoramiento en algunos aspectos o generar una red de contactos que permita sacar adelante un proyecto. Si conseguimos fomentar la ayuda y asesoría para emprender en estas zonas, seguro que mucha gente se animaría a visitar o vivir en estos pequeños pueblos”, agrega Rojas.

Un primer balance positivo

Por su parte, las universidades se encuentran satisfechas con esta primera convocatoria. “El programa Campus Rural ha tenido buena acogida tanto entre los estudiantes como entre las entidades participantes y se han cubierto las 12 plazas que nos habían asignado. Cumplían requisitos para solicitar plaza de prácticas 52 estudiantes”, informa Eva Senra, vicerrectora de Estudiantes, Emprendimiento y Empleabilidad de la Universidad de Alcalá.

Los alumnos de la UAH se han repartido entre las provincias de Guadalajara –el 50 por ciento de los becados trabaja allí–, Soria, Cuenca y las regiones de La Rioja y Madrid. Senra valora la diversidad de titulaciones tanto de Grado como de Máster de estos estudiantes: Documentación, Archivos y Bibliotecas, Ciencias Ambientales, Biología, Química, Arquitectura, Psicología o Economía.

“Las actividades que realizan están directamente relacionadas con sus titulaciones y abarcan la asistencia en la documentación del archivo municipal, la puesta en marcha del montaje de una exposición, la gestión de residuos, la detección de fugas de hidrocarburo, colaboración en el departamento de calidad de una industria láctea, la elaboración de proyectos de turismo apícola, participación en proyectos de I+D relacionados con la genómica y extracción de compuestos bioactivos, estudio de viabilidad y elaboración de propuesta del Plan Urbanístico de la Agenda Urbana del Alto Tajo, elaboración de memorias y planos de edificios, colaboración en la atención a adolescentes, asistencia contable y participación en la creación de una empresa de fabricación de cerveza artesana”, enumera.

“A estas alturas es pronto todavía pronto para valorar la experiencia por parte de los estudiantes, pero nos ha llegado información de alguna estudiante que está muy contenta e integrada en el proyecto y en la vida del municipio”, celebra la vicerrectora de Estudiantes.

Desde la Oficina de Prácticas Externas y Empleabilidad de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que han salido seis estudiantes en esta primera convocatoria del Campus Rural –entre los que se encuentran Ángela, Alejandro y Álex–, destacan a Madridiario que “confían en que haya más convocatorias en el futuro”.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios