Cerca de la sede de CCOO de Madrid, el Museo Thyssen-Bornemisza acoge una magnífica exposición que bajo el título Los impresionistas y la fotografía, bien podría servir como metáfora artística de las transiciones que irremediablemente hemos de abordar en el mundo laboral. Fueron muchos pintores quienes veían, hace ya dos siglos, la naciente fotografía como una amenaza. Sin embargo, buena parte de la vanguardia impresionista lo vio como una oportunidad. Y viceversa. Los pintores, por ejemplo, descubrieron nuevas perspectivas y encuadres gracias a la fotografía y los fotógrafos pudieron profundizar en el estudio del color y texturas. Quienes tuvieron amplitud de miras y optaron por el dialogo, las analogías, las afinidades y las influencias mutuas progresaron en una transición justa e inevitable.
Junto a una fiscalidad justa, un combate efectivo por las igualdades y una mejora de la democracia, con lo que todo ello conlleva, desde las Comisiones Obreras consideramos que el empleo debe ser uno de los ejes sobre los que los partidos políticos deben profundizar ante las próximas elecciones del 10 de noviembre y especialmente los de izquierdas, por si vuelve a darse la circunstancia de que es posible un gobierno que frene a las tres derechas.
Que el empleo sea relevante, también significa que el Ministerio de Trabajo sea considerado tan relevante como el de Economía y que junto con el de Transición Ecológica tengan capacidad de influencia porque no es de recibo que la ministra de Trabajo acuerde la derogación de elementos sensibles de la Reforma Laboral y tenga que guardarla en un cajón acatando órdenes de la ministra de Economía.
España, pero especialmente la Comunidad de Madrid, requiere de un modelo productivo sostenible que genere un empleo de calidad frente a ese mundo de la precariedad que deriva en pobreza y también en siniestralidad e insalubridad laboral.
Las derechas que gobiernan nuestra comunidad y el Ayuntamiento de la capital no ven los cambios que hay que acometer por mandato internacional ante la emergencia climática que desde CCOO de Madrid ya hemos denunciado. Es imprescindible impulsar una transición ecológica, una “Acción climática para el empleo”, tal como se ha aprobado recientemente en la Cumbre por el Clima de la ONU.
En un artículo de opinión (“Una acción climática para el empleo”) firmado por el director de la Oficina de la OIT para España, Joaquín Nieto, se aseguraba que “mil millones de puestos de trabajo, un tercio del empleo mundial, se verán afectados de alguna manera por los impactos medioambientales y por los procesos de transición ecológica (…) Los empleos que se perderán para 2030 serán seis millones, pero son cuatro veces menos de los 24 millones que se crearán…”
Por eso es tan urgente como importante atender desde todas las administraciones una acción climática por el empleo creadora de trabajo decente y empleos verdes con medidas que protejan a los grupos más vulnerables. Las grandes ciudades ya padecen la indecencia empresarial. Y es que, fundamentalmente, jóvenes y migrantes ya están siendo explotados brutalmente con empleos en plataformas digitales.
En Madrid ese impulso lo hemos querido iniciar con el Plan de Industria firmado en la pasada legislatura, que se halla en vía muerta. En realidad, las tres derechas han llevado a la región a vía muerta porque mientras con el rabillo del ojo se observa una desaceleración económica vemos que no se toman medidas de futuro como es el aumento de la inversión pública y de fomento del empleo.
Al igual que el mencionado “Plan de Industria” hay que convertir la “Estrategia Madrid por el empleo”, que se inició como un diagnóstico fundamental y que dio unos primeros pasos, en un ambicioso Plan de Empleo. Nuestra región padece un problema estructural de desempleo. Los niveles de producción de bienes y servicios están por encima de los años previos a la Gran Recesión, sin embargo hay casi 200.000 trabajadores, y especialmente trabajadoras, más en paro. Mientras la Comunidad de Madrid crece casi al 3 por ciento, los beneficios empresariales se han disparado los últimos años, evidenciando la explotación laboral.
Efectivamente, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pactado con los agentes sociales en los últimos tiempos ha creado efectos positivos a pesar de algunas previsiones agoreras. Pero ni España ni la región de Madrid pueden paralizarse ni retroceder. Para que exista empleo de calidad hay que abolir la precariedad, alentada en esa reforma laboral que debe derogarse, y causa principal de la siniestralidad laboral.
En la Comunidad de Madrid los accidentes laborales mortales se han duplicado este año. Son cincuenta y tres las personas fallecidas, fundamentalmente del sector de la construcción, donde la piratería empresarial abunda. La solución es tan simple como obligar a ese empresariado a cumplir la legislación y que la Inspección de Trabajo y Fiscalía tengan las herramientas necesarias para imponer el imperio de la ley con contundencia.
Lo que en este escenario no es de recibo por parte del Gobierno en funciones es la autorización a las empresas para que los trabajadores se expongan legalmente a tres sustancias cancerígenas. La respuesta de CCOO y UGT ha sido rápida, incluso la Confederación Europea de Sindicatos ya se ha dirigido al Gobierno en funciones pidiéndole que no sacrifique la salud de los trabajadores españoles.
El próximo 10 de noviembre tenemos una nueva cita electoral, como apunté la pasada semana, aunque sea con enfado, tenemos que votar; tenemos que parar a las tres derechas y exigir responsabilidad a las izquierdas para que acuerden auténticas medidas de progreso sociopolíticas. El planeta, más allá de trasnochadas y derechistas aventuras nacionalistas, está en transformación ante la emergencia climática, la digitalización y la robotización. El mundo del trabajo se encuentra en medio de esas transiciones. Entendamos la metáfora de los pintores impresionistas y la fotografía: hace falta diálogo, encontrar las afinidades, las analogías, influir y dejarse influir.
Jaime Cedrún
Secretario general de CCOO de Madrid