Madrid, la ciudad paraíso de Guns N’ Roses

El Estadio Vicente Calderón por poco se derrumba antes de tiempo a causa de los acordes desgarradores de Slash y la inimitable voz de Axl Rose esta pasada noche del domingo. Fueron 50.000 almas las que se dieron cita con la banda estadounidense tras siete años sin pisar la capital madrileña, un encuentro muy especial y esperado por los fans.

El regreso de una gloria

Con una puesta en escena a la altura de los más grandes –pirotecnia, luces, un doble escenario semicircular con escaleras y vídeo en directo retransmitido en tres pantallas– la banda comenzaba a tocar doce minutos antes de lo esperado, toda una sorpresa, ya que años atrás lo hacían con varias horas de retraso. Subían los artistas al escenario con la música de los Looney Tunes de fondo para comenzar su espectáculo con It’s So Easy.

Los voces se alzaban para hacer templar el estadio a ritmo de temas tan míticos como Welcome to the Jungle, Rocket Queen o You Could Be Mine, mientras que Axl Rose y Slash limaban asperezas del pasado frente al público –hasta 2015, los dos componentes del grupo llevaban 19 años sin dirigirse la palabra–. De hecho, el nombre de esta gira, ‘Not In This Lifetime’, viene de la disputa que tuvieron guitarrista y cantante. “No en esta vida” fue la respuesta que Rose dio a la pregunta de un periodista sobre la posible reagrupación de la banda durante una entrevista en 2012 tras separarse 16 años antes.

Cabe destacar que el guitarrista ha obtenido gran protagonismo en este reencuentro, pudiendo demostrar que los años no pasan por él y que no merman su talento. A mitad de concierto se marcó un solo en el que interpretó la banda sonora de El Padrino, con la que puso los pelos de punta a todo el Calderón y que unió con la mítica Sweet Child O’ Mine.

Además, Rose, aunque un poco más perjudicado por la edad, también tuvo sus momentos de protagonismo con las famosas baladas Civil War, Knockin’ on Heaven’s Door y November Rain, ésta última interpretada al piano, como en otras en las que también se sentó frente a las teclas de marfil.

El grupo ponía punto y final a un espectáculo de casi tres horas con el tema Paradise City, en el que se respiraban ya aires de nostalgia y que finalizó cubriendo al público de confeti y con un mini castillo de fuegos artificiales. Una despedida por todo lo alto.