En un ambiente íntimo y personal
se reúnen todos los meses unas 50 personas para disfrutar de una experiencia gratuita y 'secreta' que poco a poco se está afianzando en Madrid. Los conciertos adquieren un tono diferente solo por el espacio escogido,
los salones de casas particulares, aunque a veces también se instalan en espacios de coworking. Un ambiente en el que la música es el "centro de atención",
solo en acústico y sin despistes. "Cuando uno va a una sala de conciertos a escuchar una banda siempre hay mucho ruido de fondo", explica Luciana Padua, organizadora del Sofar Sound en la capital. Algo que no ocurre en estos conciertos, donde el público guarda silencio durante las
tres actuaciones, de 20 minutos cada una, que forman parte de cada concierto mensual.
Esta experiencia
surge en Londres en 2009 cuando un grupo de amigos, cansados de las masificaciones de los conciertos, deciden montar una comunidad de música en vivo para que cualquier persona pueda disfrutar de ella. Tras el éxito alcanzado comienza a extenderse por otras ciudades como
Buenos Aires, Lima, París, Chicago, Moscú, Oslo y Panamá, entre otras, hasta alcanzar las
160 ciudades que forman parte de red.
La idea es que los asistentes vivan una
experiencia diferente, por eso se organiza con una dinámica diferente a la de las salas convencionales. En
Sofar Sounds no se sabe el nombre de las bandas y el lugar y la hora unos días antes vía mail. Y todo ello, para conseguir promocionar a la música emergente de la manera más respetuosa. "No es una fiesta, es un concierto", cuenta Luciana, quien asegura que intentan aunar en un mismo concierto artistas de diferentes estilos y tendencias para llegar a todos los públicos. "Buscamos amantes de la música y no seguidores de bandas", añade.
Los espacios los ofrecen particulares aunque no siempre son los adecuados. "Pedimos que tengan capacidad para unos 50 personas, que sea accesible en transporte público y sobre todo, que no moleste a los vecinos". Y los músicos también se ponen en contacto con la organización para incluirse en el circuito de conciertos, "el boca a boca entre ellos funciona bien y cada vez nos conoce más gente".
En este mes de agosto, Sofar Sounds -en todo el mundo- cumplió el concierto número 2000 desde que comenzaron en el 2009. En Madrid todavía no pueden celebrar más que uno al mes pero la organización aspira a incrementar este número a corto plazo. Y conseguir así, la misma repercusión que ha alcanzado en otras ciudades que ya cuentan con la actuación de reconocidos músicos.
El 19 de septiembre es la fecha escogida para siguiente 'cita secreta'. Para asistir solo hay que entrar en la web de
Sofar Sounds y rellenar un formulario. Un día antes, los afortunados recibirán las indicaciones por email (solo el dónde y cuándo). "Hacemos un sorteo cada mes de las 800 solicitudes que recibimos para cada concierto", apunta la organizadora. Es complicado que todos los interesados puedan asistir teniendo en cuenta las pocas plazas existente para cada concierto pero Luciana insiste en que intentan, con aquellas personas que han participado en muchas ocaciones y sin éxito, "tenerlas presentes para que puedan finalmente asistir".
Y como en Sofar es todo gratuito, si el público quiere dejar alguna donación será bien recibida. Esas aportaciones voluntarias sirven para sufragar gastos de desplazamiento del artista y de la casa que también se presta sin ningún coste para la organización.
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