El edificio de Alcalá 6, que fue levantado en 1974 como ampliación del banco Central Hispano, está siendo demolido dentro de la operación Canalejas. La desaparición de este edificio coincide con los trabajos de derribo interior iniciados en el resto de los inmuebles afectados y con una modificación de los planos como consecuencia de que el Ayuntamiento ha pedido meterse unos metros bajo los edificios que dan a la calle Sevilla para que quepa la futura estación subterránea de autobuses.
Muchos de los transeúntes de la calle Alcalá se detienen y, con sus móviles, fotografían el derribo de este edificio -2.412 metros construidos sobre una parcela de 368 metros- que fue levantado en 1974 con planos de Luciano Díaz y J.M. Chapa para que sirviera de ampliación al banco Central Hispano que ocupaba el número 8 de la calle. De hecho se hizo sin acceso directo desde Alcalá, si bien los autores quisieron que su fachada fuera diferente.
El Estudio Lamela, encargado de la remodelación de la manzana Canalejas, propuso en su día la demolición total de este edificio al considerar que el interés arquitectónico, histórico y tipológico eran menor y así fue aprobado por el Ayuntamiento que concedió la correspondiente licencia de demolición. Los trabajos de remodelación contemplan que cuando esté realizada la construcción de todas las plantas, que se extenderán a lo largo de todo el espacio interior comprendido entre los seis edificios englobados en la reforma, se construirá una nueva fachada.
Paralelamente se ha iniciado la demolición interior de algunas plantas de en el resto de edificios afectados, lo que ha obligado, por cuestiones de seguridad, a ocupar buena parte de las aceras de las calles Sevilla y Alcalá con 250 metros de una valla de hierro corten diseñada por el Estudio Vega y Serrano Arquitectos que ganó el concurso realizado por los promotores del complejo comercial y hotelero para el diseño de este elemento urbano. Los promotores querían que la valla tuviera un diseño "amigable" dado que va a estar colocada mucho tiempo; incluso se plantea que pueda incorporar contenidos a medida de que evolucione la obra.
En cuanto a la reforma del edificio, fuentes del Estudio Lamela han asegurado a madridiario que los trabajos se están realizando conforme a las indicaciones de la Comisión Mixta de Patrimonio Histórico de Madrid que fijan qué elementos de los edificios afectados han de ser respetados dado que se encuentran protegidos.
La ocupación de la acera de la calle de Alcalá se ampliará incluso ya que, según los planes de los promotores, será necesario excavar en la propia acera para construir las rampas de accesos a los sótanos del futuro complejo comercial y hotelero de lujo. A cambio, se han tenido que variar los planes originales a raíz de que el Ayuntamiento de Madrid haya planteado, como paso previo para sacar a concurso la obra de la estación subterránea de autobuses, su necesidad de meterse unos metros bajo los edificios que ofrecen fachada a la calle Sevilla. La petición municipal obligará a reformar la cimentación de los edificios afectados. El argumento es que, de no hacerse así, los autobuses de la EMT tendrían dificultades para maniobrar dentro de la estación que se quiere construir para eliminar todas las paradas en superficie y peatonalizar la calle Sevilla.