José Carlos Plaza monta este espectáculo para la estrella, para que despliegue sus recursos, desde el dolor exacerbado a la pena sorda, al odio, a la desesperación. Y la actriz, prácticamente, no abandona la escena. El director no ha querido actualizar la puesta en escena, como se hace, por ejemplo, en el "Julio César" del Bellas Artes. "Hécuba" es una tragedia como las de antes, pero sin el coro. Si acaso me sobra un poco de "technicolor" en la iluminación.
Espléndido el vestuario de Pedro Moreno. La producción se permite algunos lujos, como contar con José Pedro Carrión para solo unas breves escenas. O con María Isasi que, tras el sacrificio, debe estar muerta en escena durante más de una hora. También registramos la recuperación de Pilar Bayona, excelente actriz a la que nos gustaría ver más frecuentemente.
Y Concha es, por derecho propio, la Velasco. Es de esas personalidades que pisan el escenario, que se mueven por él, con porte de autoridad. No le ahorran a la actriz una caracterización brujeril, como las de antaño. Y ella puede con todo, creciéndose en los momentos de ira contenida. Apenas existe desgarro porque el peligro de estas funciones es empezar a gritos y terminar con alaridos. No se cae en él. Concha se retuerce cuando afronta los asesinatos de sus hijos pero recobra la dignidad de reina derrotada cuando debe enfrentarse a quienes la humillan.
Existe mucho interés por ver este espectáculo. Tengo noticias de que las localidades pueden agotarse pronto para todas las funciones. No sé si existe posibilidad de prolongarlas unos días más. Seguro que público no les iba a faltar porque esta 'Hécuba' trasciende del hecho teatral para convertirse en una de esas escasas producciones que "hay que ver". Creo que la mayoría del público no saldrá defraudado.
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