El cementerio de La Almudena alberga zonas en pésimo estado de conservación. Escaleras apuntaladas, mobiliario corroído por el óxido, señales de tráfico que se caen de
antiguas, pavimento levantado o zonas de nichos en peligro de derrumbe son algunos de los problemas que aquejan al camposanto más grande de España.
La entrada a La Almudena ya denota algunas evidencias que alberga el cementerio en su interior.
Evidencias de falta de mantenimiento que dan auténtico miedo al usuario
medio, que sabe que corre peligro en algunos lugares. Es el abandono de algunos espacios de un camposanto que, aunque en general está en unas condiciones razonables,
sí tiene espacios totalmente olvidados.
La arcada monumental tiene enormes humedades, gárgolas a punto de caerse y espacios acordonados por la Policía. Nada más
entrar, hay señales de tráfico contorsionadas por el tiempo que no se sabe bien a dónde señalan.
El edificio que se previó como museo está cerrado y nada hace indicar
que en ese espacio se guardan magníficas carrozas funerarias que serían la envidia de muchos países europeos. La iglesia del fondo permanece cerrada y con evidentes
signos de abandono.
Haciendo un salto de un par de kilómetros (no hay que olvidar que La Almudena tiene el tamaño del casco histórico de la ciudad de Segovia), en el cementerio civil, las
tumbas que se ubican tras las lápidas a Pasionaria y Pablo Iglesias están destrozadas, aunque esta es una responsabilidad de los familiares de los fallecidos. Algo
parecido ocurre enfrente. La entrada que da acceso a los mausoleos muestra el abandono de muchos de ellos, con más de cien años de antigüedad y, salvo el pago
correspondiente, responsabilidad municipal. Pero es el antiguo cementerio de epidemias el que denota el mayor paso del tiempo. Los elementos se han cebado con una zona
en la que lápidas y espacios comunes del camposanto están reventados.
Más allá, no es difícil hallar paredes de nichos reforzadas con redes desde hace años para evitar su derrumbe, cascotes en medio de escaleras con el pavimento
desplazado, mobiliario de época de Enrique Tierno Galván comido por el óxido, farolas dobladas o caídas en el suelo y panteones y escaleras apuntalados que cortan el
paso de algunas calles. Las señales de tráfico están anticuadas y oxidadas, y la ordenación de la movilidad está poco clara. Junto a algunas paradas de autobús las
aceras están levantadas.
"El Ayuntamiento ha dado suficiente dinero a la Empresa Mixta de Servicios Funerarios como para que se realizase un mantenimiento apropiado de las instalaciones del
cementerio. Sin embargo, está en pésimas condiciones, cuando debería ser un espacio en el que fomentar los usos turísticos, culturales e históricos", comenta el
concejal socialista Diego Cruz. En enero de 2012, su formación propuso un plan de evaluación de costes para rehabilitar el camposanto en 6 años. El equipo de Gobierno
aceptó el Plan aunque no se comprometió a ninguna inversión porque no sabían con qué disponibilidad presupuestaria podían contar. Por eso, los socialistas instan a la
Funeraria a que realice la inversión correspondiente de forma inmediata.
El delegado de Las Artes, Pedro Corral, desmintió que La Almudena esté abandonado y explicó en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid que la Funeraria está cumpliendo con
su plan de rehabilitación, para el que dedica dos millones de euros anuales.