En un comunicado, el colectivo ha indicado que el pasado miércoles se reunieron con Botella, la delegada del Área de Gobierno de Familia, Dolores Navarro y dos directores generales del área para tratar la situación de los vecinos del poblado madrileño, un día después de las intervenciones de la gerencia de Urbanismo.
El Ayuntamiento derribó el pasado martes en El Gallinero, una zona próxima a la Cañada Real, dos chabolas, un muro y cinco construcciones "que no estaban destinadas a vivienda". En el texto difundido por el colectivo, los voluntarios del colectivo tachan de "ilegales e inmorales" los derribos que han sumido a los vecinos en una "constante situación de sufrimiento e indefensión".
En el encuentro que mantuvieron con varios miembros del Ejecutivo municipal, los voluntarios pretendían hacer llegar "la crudeza" que padecen los habitantes del poblado madrileño y "desmentir" que las viviendas demolidas se estuviesen vacías. Tras el encuentro -continúa el comunicado- constataron la "sensibilidad" de la alcaldesa ante la situación que ha provocado que "20 niños y 14 adultos se hayan quedado en la calle" por un acto que "atenta" contra los derechos humanos y su dignidad.
También han solicitado que el Consistorio tenga en cuenta el plan elaborado por el equipo de técnicos del grupo de voluntarios como alternativa posible después de que lo haya "recomendado" la Defensora del Pueblo. Por otra parte han reiterado su apoyo a los vecinos de este poblado chabolista para buscar una alternativa de "vida digna"
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