Cuádruple objetivo

El propósito de Gallardón y su nueva idea de proyecto electoral es implantar 500 kilómetros mas entre ciclocalles y ciclocarriles y la denominada M-10 de 16 km por todo el centro de Madrid, que estarán limitados a 30 km por hora; y de todo esto dice perseguir cuatro objetivos: usar la bici como modo de ejercicio, quitar sitio útil para la circulación de automóviles privados en el centro, incentivar el uso de Transporte publico, (¡eso o ir al psicólogo para calmar tu ansiedad, de cómo se va a poner la cosa!), y el ultimo y objetivo real de todo este pastel, reducir la contaminación que es en realidad lo que tiene contra las cuerdas al señor alcalde.

Mi hermano es un ciclista empedernido y nunca le he oído quejarse de no poder ir donde quiera en bici por Madrid, pero yo, que no soy aficionada, si que tengo motivos de queja hacia el uso sin control de este medio que utiliza las mismas vías públicas que tanto pagamos los conductores por circular en ellas.

Aunque el Señor Gallardón nos recuerde tiempos de Verano Azul, y se haga fotos un día montado en bici, con eso no contesta las preguntas que nos plantea tan osado e improvisado plan, ¿tendrán a partir de ahora que cumplir las normas de la circulación, como los demás coches motos y ciclomotores?, ¿serán obligados a tener un seguro obligatorio por su responsabilidad civil?, ¿tendrán que llevar casco por ley?, ¿habrá algún tipo de permiso que determine quien conduce ese medio?, ¿prioridad del peatón o el ciclista? ¿respetarán los semáforos o como siempre?.
 
Mi recomendación tardía al ayuntamiento es que, antes de invertir los pastizales que se ha gastado en esas aceras enoooormesssssss del centro, alguien debió pensar en las bicis y su carrilito, que sitio había para ello, no ahora que ya esta todo hecho y rematado.

Déjenos ya en paz a los madrileños con tanto carril extra para luego verlos siempre vacíos. Que parecer, no es ser.