Ni palabra mala, ni hecho bueno
jueves 06 de noviembre de 2008, 00:00h
El Alcalde de Madrid ha firmado una declaración junto a sindicatos y empresarios madrileños, por el empleo y el desarrollo económico. Reconozco la importancia simbólica del acto, pero la actual coyuntura económica exige hechos y no gestos; y mucho me temo que ese acuerdo no pase de ser otra declaración de buenas intenciones, con nula incidencia sobre la economía y el empleo madrileño.
Me explico. Entre los doce puntos del acuerdo, se incluye la modernización de los polígonos industriales y la oferta de suelo industrial para evitar la deslocalización de empresas madrileñas. Pues bien, una vez subrayado el gesto veamos el hecho. En la pasada legislatura, el Alcalde de Madrid se comprometió a ofertar, al año, un millón de metros cuadrados de suelo industrial para incentivar la localización de empresas en la ciudad. Hoy, ese compromiso es un triste recuerdo, nunca se hizo realidad. Antes al contrario, el gobierno municipal cada vez que puede, subasta suelo industrial como fórmula para sacar unas perrillas ante su maltrecha situación financiera. Por tanto, voluntad de ofertar suelo industrial ninguna, intención de especular con el suelo industrial toda. Un dato: en los presupuestos de 2008, la previsión de ingresos por venta municipal de suelo industrial era de 200 millones de euros. Esta es la verdadera voluntad del gobierno municipal.
Hablar de que se moderniza el suelo industrial en Madrid es una broma de mal gusto, a no ser que el gobierno municipal entienda por modernizar plagar de lofts y de viviendas los polígonos industriales.
Otro de los puntos de la declaración es el compromiso municipal de construir más vivienda pública. Suena a chiste dado que el objetivo municipal para 2009, es iniciar 1.200 viviendas en régimen de compra. Todo un sobreesfuerzo en una ciudad con miles de personas, jóvenes, familias monoparentales... Con necesidad de acceso a una vivienda que su Ayuntamiento no satisface ni de lejos. Del alquiler ni hablamos ya que permanece inédito.
Por último, se acuerda impulsar la Ley de Dependencia. ¿No se hizo antes? por supuesto que no. Así lo demuestran los hechos. Los datos, como el algodón, no engañan: sólo el 0,33% de la población madrileña han demandado las ayudas incluidas en la conocida Ley de dependencia. En otras Comunidades el número de solicitudes representa entre el uno y el dos por ciento de la población total. No me creo que haya menos demanda de atención a la dependencia en Madrid. Más bien creo que es un problema de gestión y, por tanto, de falta de voluntad política. Por cierto, si tan interesado está el Sr. Gallardón en garantizar la asistencia a los dependientes, ¿por qué suspendió el servicio de atención a domicilio durante el pasado verano?
En resumen, todo un ejercicio de retórica sin fundamento o como decía el dicho: ni palabra mala, ni hecho bueno.
Pedro Sánchez.
Concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid.