Los teatros del Canal estrenan en su sala negra la última obra de Antonio C. Guijosa: Las cartas de Cristian. A través de un guionista y un ejecutivo de televisión, indaga en la oportunidad de realizar unos sueños para los que, el protagonista, no sabe si está preparado.
Cristian es presentador de un programa nocturno de cierto éxito. A la vez escribe el guion de una serie que también goza de la aceptación del espectador. Su cadena, a la vista de los resultados de audiencia, le pide más y más. Pero su talento tiene un límite y tendrá que recurrir, para una serie, a materiales documentales ajenos, a plagiar. Paralelamente, se plantea su relación amorosa con una ejecutiva de publicidad, a la que califica como su amor de juventud. En escena también aparece un tiburón de los despachos televisivos carente de escrúpulos y dispuesto a exprimir a su protegido. Por último, una de la trabajadoras del programa aspira a ser cantante aunque, como ella confiesa, solo alcance cinco notas.
El conflicto lo plantea un periodista repudiado por todos los medios, corresponsal de guerra, que solo quiere, para ceder sus historias, que aparezca su nombre en los créditos. Pero acaba devorado por el medio y cayendo en la locura.
Para el autor:
La obra nace de la certeza de que uno nunca va a llegar a cumplir las expectativas que se marca a sí mismo. Es un ejercicio de enfrentarnos a nuestras propias limitaciones y de lo que es nuestra mediocridad, lo que tenemos en nosotros, que es una medianía. Nos esforzamos en hacer algo que, de alguna manera, pueda compensar todas las cosas que hacemos y que no están demasiado bien. En definitiva, hablamos de un tipo que un día tiene la oportunidad de hacer algo para lo que cree valer y que, por la razón que sea, nunca lo ha podido hacer. Cuando se pone a ejecutarlo resulta que se ve incapaz de alcanzar el nivel de excelencia que se le suponía.
El reparto está integrado por Fael García (habitual en los montajes de este autor), Rodrigo Poisón, Ana Mayo, Cristina Bertol y Chema Ruiz.
Antonio C. Guijosa es un autor y director que ya tiene continuidad en nuestra escena. El año 2011 se estrenó como director en la Cuarta Pared con Fair Play. Dos años más tarde entró en Centro Dramático Nacional con la dirección de Serena Apocalipsis. En las últimas temporadas ha tenido dos montajes en cartel: Solo un metro de distancia, de la que es autor, y la adaptación de Tito Andrónico, que también dirige y que sigue de gira por España. En 2017 logró un gran éxito, compartido con María Hervás, con Iphigenia en Vallecas. También ha dirigido recientemente la versión de Frankenstein realizada por Alberto Conejero. En 2007 fue el fundador, con Esther Tablas, de Rajatabla teatro.
Las cartas de Cristian se representa hasta el 12 de febrero.
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