El teatro Fernán Gómez comienza la temporada en su sala Guirau recuperando uno de los montajes que más éxito tuvo en el pasado festival de Mérida: El misántropo. Pero no es, como estamos acostumbrados, la obra de Molière que llegó a nuestros escenarios a principio del siglo XX. Su autor es Menandro, uno de los griegos padres de nuestro teatro. Nacido en Atenas en el siglo IV a.C., innovó la dramaturgia haciendo desaparecer el coro de sus comedias y llevando temas cotidianos a la escena. La única de sus obras que se conserva completa es El misántropo, conocida también como El díscolo. Con ese título lo estrenó en España, en 1962, Yorick Teatro de Cámara. Después se ha montado en un par de ocasiones más, pero ninguna en el llamado teatro comercial.
La adaptación para esta producción ha corrido a cargo de Carol López (que también la dirige) y de Xus de la Cruz. La escenografía, con las limitaciones que impone el teatro romano, está firmada por Alessio Meloni.
Para la reposición en Madrid se han sustituido a Beatriz Carvajal y Jesús Castejón, por África Gozalbes y Fernando Albizu, dos actores igualmente solventes. Junto a ellos está Ángel Ruiz, como el gurú, y completan el reparto los jóvenes Alejandro Pau (procedente de la CNTC), María Ordóñez, habitual en el escenario emeritense, y Carlos Troya.
Molière, casi dos mil años después del griego, creó un personaje que huye de la sociedad. Alcestes, el protagonista, es un hipocondríaco que, abandonado por su esposa, muestra continuamente su desagrado por sus congéneres. Marsillach hizo en 1996 una espléndida versión protagonizada por Carlos Hipólito. Más recientemente, Miguel del Arco hizo otra lectura menos ortodoxa con Israel Elejalde al frente del reparto.
López y De la Cruz convierten al misántropo de Menandro en un ser que reivindica su derecho a ser huraño hasta el último extremo. Lo sitúan viviendo en el campo con su hija, La Muchacha, deseosa de conocer un mundo más divertido que el rural. La tranquilidad del misántropo (Fernando Albizu) se ve alterada cuando, en los alrededores, se instala un denominado hotel ecológico en el que ofrecer retiros espirituales a los urbanitas estresados. Con África Gozalbes y Ángel Ruiz al frente, reciben a los primeros adeptos. Con la llegada de los forasteros, La Muchacha toma las riendas de la acción, a la vez que se encarga de dirigirse al público contando los avatares de la acción. En el grupo forastero se encuentra Sóstrato, hijo de la propietaria del hotel, quien se enamora perdidamente de la chica. Y ella, que quiere abandonar el campo, ve en él la oportunidad de hacerlo.
La directora Carol López, que ha estado al frente de la barcelonesa sala Villarroel, trabaja con regularidad en el circuito de teatros catalanes, desde el Lliure al Nacional. En Madrid la hemos visto dirigir Poder absoluto, Las bárbaras o El viaje a ninguna parte.
El misántropo estará en cartel hasta el 4 de noviembre.